domingo, 24 de junio de 2012

LA VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO

Homilía de la Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista
Es importante que tengamos en cuenta la figura del Siervo, pues, es la clave para comprender no solo la misión de Juan, El Bautista, sino porque nos señala al Señor, Jesús es el Siervo de Dios, a quien el Pueblo de Dios esperaba desde las arcanas promesas hechas a través de los Profetas.
Todos estamos llamados a participar de la salvación de Dios, especialmente aquellos que aun no conocen su Amor.
(El Padre Fancisco utiliza el dramatizado de una persona inmadura que vive su existencia entretenida en su propio "yo", simbolizada en los juguetes de niña, para invitarnos a asumir la Mision que Dios nos dio de aunciar su Palabra)
La profecía, implica ser llamados por Dios para anunciar su Amor a los demás y está expresada en las Sagradas Escrituras: “Desde el seno materno te consagré, desde el vientre de tu madre te llamé para que seas profeta de las naciones”. Con esto, nos queda claro que la misión profética nace desde los primeros momentos de nuestra existencia porque somos un deseo de Dios, El, al crearnos, cuenta con nuestra participación en su Amor y nos faculta para ser anunciadores suyos con nuestra propia existencia, pues, el don de la existencia tiene una riqueza insondable.
¡La  alegría de existir debe ser fuego permanente en nuestro interior, porque ella trae consigo el deseo que Dios tiene; que seamos reflejos de su amor entre los nuestros!
Como el profeta de las Sagradas Escrituras, nosotros también sabemos que no podremos manifestar tanto amor con nuestras propias fuerzas, puesto que nuestra debilidad nos hace ser vacilantes, frágiles, inconstantes y muchas veces egocéntricos; por ello Dios nos da su fuerza, nos concede estar llenos de su Espíritu Santo para que desde Él, su Amor brille en nuestro modo de vida.
El siervo de las Sagradas escrituras dice: “en vano me he cansado”. Por tanto Dios al señalar la Misión, hace que el esfuerzo del siervo sea provechoso, en tanto el siervo haga lo que dice su Señor, Dios mismo le dará fecundidad a todas sus acciones, en cambio, si uno se dedica a seguir el propio parecer sin consultar con Dios para descubrir su Voluntad cada día, se ve avocado a cosechar frustración y desanimo, porque, en vano se ha destinado esfuerzo, en tanto nuestras obras no conducen a nada eterno; se quedan en simples hechos temporales que buscan nuestra propia complacencia.
“Haré de tus labios espada afilada y flecha bruñida” que significa, pues, que Dios, al darnos una misión también nos ofrece las armas y herramientas con las que podremos llevarla a cabo. La espada y la Flecha como alegorías de la Palabra de Dios implican que tiene el poder de penetrar hasta lo más profundo de nuestro ser. La palabra de Dios al ser anunciada, es capaz de llegar hasta esa realidad de las personas, que ni nosotros e incluso ni ellas mismas son capaces de reconocer por el dolor, la confusión o lo desconcertante que pueda ser el hecho de experimentar de modo concreto nuestra debilidad y aquella maldad que sale de nuestro corazón.
La Segunda Lectura corresponde al discurso de San Pablo en Antioquía de Piscidia. Y nos recuerda que antes que nuestro criterio, Dios tiene su parecer eterno. Por eso escogió a un Rey según su corazón.
Aun cuando el Pueblo se había adelantado a elegir uno según su criterio. (Saúl, que entre otras barbaridades, terminó suicidándose)

¿Cuál es la cualidad del Rey David que obedece al criterio de Dios?
Que es un hombre servicial, humilde, sensible a la necesidad de los demás, diligente y sincero consigo mismo y con Dios en cuanto reconoce sus fallos y sus límites y sabe esperar en Dios como su salvador. Aprendió a desconfiar de su propio parecer para fiarse de la Palabra de Dios.
El Rey David, por tanto, ejercía su realeza desde la Misma Palabra de Dios y a éste Rey, Dios, por medio de un Profeta, le anuncia que de su linaje saldrá Uno que será el Mesías (el salvador que daría al ser humano la libertad interior para realizarse según el plan de Dios)
En San Juan Bautista, la profecía, la misión de Dios por la que es llamado a ser Aquel que allane el camino, a que invite al arrepentimiento en miras a la llegada del Salvador es algo fundamental e identificativo de su persona.
Vamos a desglosar el inicio del evangelio de San Lucas.
Denota la circunstancia en la que se hallaban Zacarías e Isabel. Él, siendo sacerdote de la tribu de Leví, estaba encargado de realizar un turno para el culto en el templo de Jerusalén y justamente en uno de esos turnos, se le aparece el Arcángel San Gabriel (El anunciador) para decirle que su Mujer, que era estéril y ya muy avanzada en años (cosa que a nuestra visión cientificista y pragmática de las cosas nos indica que existe allí un “imposible”) estaba en cinta, y que ese niño sería quien anunciaría la venida inminente del Mesías tan esperado por el pueblo de Dios.
A Zacarías le ocurrió como a casi todos nosotros, que a la hora de confrontar el poder de Dios con la realización de un “milagro” en aquello que consideramos es “imposible”, se nos queda la capacidad de creer como si se nos pegara la lengua al paladar. Entonces Zacarías quedó mudo y vino a hablar solo hasta que, dado el momento del alumbramiento, se hace necesario reconocer a ese niño con una Misión antes anunciada y descreída, y que de hecho estaba confirmada con la asignación de un nombre. "Juan será su nombre"
Lo de los nombres en el pueblo de Israel obedecía a señalar a qué familia pertenecía el niño y por eso se acostumbraba a dar el nombre de un antecesor, que generalmente se refería a su Padre. Pero al Hijo de Zacarías, Dios mismo le designó el nombre y lo comunicó a Isabel por medio del Ángel, pues ese nombre apuntaba directamente a la Misión que desempeñaría y que no era otra cosa que preparar el camino, anunciando a las personas que el salvador vendría a habitar entre nosotros y que eso exigía de nuestra parte un cambio de vida, una conversión.
Cuando la Virgen María, habiendo quedado en Cinta, fue a ayudar a su Prima Isabel (ojo, que fue inmediatamente a la anunciación) el Niño de Isabel reconoce al Hijo de Dios que estaba en sus primeros momentos de gestación dentro del seno Virginal de María. Isabel también queda llena de Aquel Espíritu que hace saltar de alegría a su hijo y reconoce que su Prima es La Madre del Salvador. De ahí que se pregunta: ¿a qué se debe que la Madre de mi Señor venga a mí?... la respuesta es dada en la misma experiencia de confirmación de la misión del Hijo de Isabel… diríamos en voz de María: “A que tu Hijo reciba el Espíritu de Dios para que le prepare el Camino al Mío, pues El poderoso ha Hecho Obras grandes en mí, (…) su misericordia llega a su fieles de generación en Generación… Él ha mirado la humillación de su esclava y se hace en mí su Voluntad) que no es otra que Salvar a todas las personas de la tragedia mortal de vivir sin el Amor de Dios, sin reconocer a Jesús como Nuestro Salvador.
“He ahí al Cordero de Dios, el que Quita los pecados del mundo, el Mesías, Hijo de Dios”
¿Salvador para quién?
Para los pequeños, para los que en medio de su pecado o de su humildad y pobreza corren a Dios porque le reconocen a El, que, sin su misericordia nada son y nada pueden hacer. El Salvador de aquellos que enceguecidos por su propio egoísmo, por su enfermedad o debilidad, están faltos de la VIDA que da Dios atreves de la Fe en Jesucristo. Es decir: Nuestro salvador, Aquel Dios que tanto necesitamos y que muchas veces pretendemos encontrar en el pecado, engañadon por su falsa respuesta a mi necesidad de Amor eterno.



¡Ha Venido el que nos abraza en su Amor!


Invito a todos las Madres y Padres de familia a que orando abran sus corazones para que sea Dios quien haga su proyecto en sus hijos y no, que en ellos se hagan los proyectos de sus padres; pues, muchas veces esos proyectos solo obedecen a un pensamiento de una vida sin Dios que no permite la verdadera realización de la vida de sus hijos. Tener en cuenta que Dios al crearlos ya cuenta con ellos y todo lo que hace falta es entrar en sintonía con El y cooperar para que en los Hijos que se tienen, como en Juan el Bautista, se cumplan las promesas de Dios y sea Cristo aquel que se manifieste en sus vidas.
Pidamos al Señor para que todos los niños que están en esta misa y los que aun no saben cual es la misión de su existencia, la razón de su vida, encuentren el amor de Dios y sepan que en tanto estén abiertos a que Dios obre en ellos, se dará la realización de sus vidas y crecerán llenos del Espíritu Santo, por tanto, llenos de alegría, de servicialidad, de obediencia, de respeto, de inteligencia….
Todos estamos llamados y es también nuestro deber, el participar de la misión profética de la Iglesia, lo que nos implicaa hacer todo cuanto sea posible para anunciar a las personas la Palabra de Dios.
¡Atención!... que no nos veamos en la situación de querer “ayudar” a alguien señalándole el camino hacia la bruja de allí, el nigromante de allá, la que lee las cartas, el truquero aquel, la “vidente esa”, sino que siempre sepamos que lo que las personas necesitan en medio de sus sufrimientos es recibir la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios es una escuela de Amor que permite la realización autentica de nuestra vida.
No podemos negarnos a ser profetas en nuestro hábitat cotidiano y más siendo consientes de la necesidad que tenemos de Dios
“la boca habla de lo que abunda en el corazón”




EL PLATO FUERTE

Isaías 49,1-6
Te hago luz de las naciones
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso." Mientras yo pensaba: "En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas", en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel -tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza-: "Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra."
Salmo responsorial: 138
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.
Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto, / de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso, / todas mis sendas te son familiares. R.
Tú has creado mis entrañas, / me has tejido en el seno materno. / Te doy gracias, / porque me has escogido portentosamente, / porque son admirables tus obras. Conocías hasta el fondo de mi alma. R.
No desconocías mis huesos, / cuando, en lo oculto, me iba formando, / y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.
 

Hechos 13,22-26
Antes de que llegara Cristo, Juan predicó
En aquellos días, dijo Pablo: "Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos." Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias." Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: a vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación."

Lucas 1,57-66.80
El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: "¡No! Se va a llamar Juan." Le replicaron: "Ninguno de tus parientes se llama así." Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre." Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: "¿Qué va ser este niño?" Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

domingo, 17 de junio de 2012

EL DIVINO HORTELANO

18 / 06 / 2012. Santo Angel, Murcia – España.

Lecturas de la liturgia
  • Primera Lectura: Ezequiel 17,22-24
    "Ensalzo los árboles humildes"
Así dice el Señor Dios: "Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré. De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado; la plantaré e la montaña más alta de Israel, para que eche brotes y dé fruto y se hagas un cedro noble. Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré".

  • Salmo Responsorial: 91
    "Es bueno darte gracias, Señor."
Es bueno dar gracias al Señor / y tocar para tu nombre, oh Altísimo, / proclamar por la mañana tu misericordia / y de noche tu fidelidad. R.
El justo crecerá como una palmera, / se alzará como un cedro del Líbano; / plantado en la casa del Señor, / crecerá en los atrios de nuestro Dios. R.
En la vejez seguirá dando fruto / y estará lozano y frondoso, / para proclamar que el Señor es justo, / que en mi Roca no existe la maldad. R


  • Segunda Lectura: II Corintios 5,6-10
    "En destierro o en patria, nos esforzamos en agradar al Señor"

Hermanos: Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe. Y es tal nuestra confianza, que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor. Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir premio o castigo por lo que hayamos hecho mientras teníamos este cuerpo.

    Evangelio: Marcos 4,26-34 "Era la semilla más pequeña, pero se hace más alta que las demás hortalizas"
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega."
Dijo también: "¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas." Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

APUNTES DE LA HOMILIA DADA POR EL PADRE FRANCISCO
·         Saber esperar que Dios dará término a la realización de su proyecto con cada uno de nosotros.
·         Lo que Dios mismo creó con sus manos, Dios mismo lo llevará a término.
·         Hay que aprender a tener paciencia y a dejar que Dios purifique nuestro corazón para que su proyecto se efectúe en nosotros.
DESARROLLO:
El Señor utilizó parábolas (ejemplos) para expresar con su contenido lo que significa el Reino de Dios en nosotros.

El Padre Francisco utiliza en ésta Homilía una actuación cómica para denotar las caracteristicas de nuestro pensamiento magico por el cual a aplicamos a Dios atributos de mago.
Ésta vez, la clave está en el sembrador, en la acción de sembrar y lo hizo porque sabe que casi todas las personas hemos tenido una experiencia cercana con el hecho de sembrar una semilla o un esqueje aunque sea por tarea impuesta en el cole o porque ése es el oficio al que nos dedicamos. Existe entonces un paralelismo entre la agricultura y el cuidado de las almas para que éstas den el fruto del Reino Eterno.
El contexto en que se desarrolla la profecía de Ezequiel, denota un estado de desolación porque las personas se habían apartado de Dios. Él, entonces, hace una promesa de restauración.
La alusión al Cedro corresponde al Antiguo pueblo de elegido y la rama cortada del mismo señala a Jesucristo, de quien crecerá el nuevo Pueblo que es la Iglesia a la que pertenecemos por el bautismo o por el deseo de estar en ella.
Las aves que vendrán a anidar en el nuevo árbol (La Iglesia) representan a todas las naciones y culturas que acogiendo la Fe en Cristo se unen a su Amor.
Es bueno tener en cuenta que el Grano de Trigo tiene que caer en tierra (la tierra de la humildad) y morir. En términos agrícolas, si el grano no se descompone dentro del suelo, no ocurre la germinación, por lo que, con ayuda de la humedad y el tiempo, la muerte del grano actúa como gestación de una nueva vida.
Por eso estamos convocados a entrar en el misterio de la Pasión, muerte y Resurrección de Cristo y esto implica que debemos morir a nuestro egoísmo, ya que éste es el factor individual que mas ofrece resistencia al Plan de Dios. El egoísmo en nosotros, haciendo que queramos siempre “nuestra vida” según “nuestros modos”, nos impide morir a esos modos que generalmente son carnales y egocéntricos para acoger la vida de Dios que  contraria al egoísmo y al orgullo, se abre a los demás en donación, servicio y entrega ilimitada, haciendo que el amor sea el fruto de cada acción que hagamos.
Con todo, hoy el Señor nos invita a ser conscientes que debemos aprender de la actitud del sembrador, que confiando, espera que su siembra crezca y de frutos, sin descuidar la parte que le corresponde como agricultor. A nosotros, esta actitud nos invita a afianzarnos en la confianza, el abandono, la paciencia y la perseverancia, seguros que Dios llevará a termino lo que ha iniciado en nosotros desde el bautismo.
¿Es fácil? Hay que preguntarle a un agricultor si le resulta fácil su trabajo. Del mismo modo a nosotros la vida en el espíritu nos exige una actitud constante y abierta de cooperación con la Gracia.
Nuestra Madre y Señora, María Santísima, es nuestra Maestra y con ella La Iglesia nos enseña que tenemos que retirarnos de aquello que hace resistencia a Dios, por eso nos lo recuerda en el Magníficat:
A los altivos el Señor los abaja y a los humildes los enaltece.
Hay que verlo en la constitución del nuevo Pueblo de Dios (Nuestra Iglesia). El señor no hizo un casting para seleccionar lo mejor que había en palestina porque su Reino no se basa en los modos humanos; sino que eligió a hombres humildes, limitados, llenos de defectos, pero que tuvieron la actitud de estar abiertos a la Acción de Cristo. Supieron confiar en Él y aunque por sus propias fuerzas se derrumbaron, Cristo los realzó con la Gracia del Espíritu Santo.
La segunda carta a los Corintios tiene como fundamento aclararnos que ahora mismo estamos siendo sembrados dentro de la Humilde experiencia de nuestras vidas y que llegada la plenitud de los tiempos, en el Reino de los cielos será la cosecha de nuestra siembra.
De momento, sabemos que la Gracia recibida mediante los sacramentos nos ayuda, nutre y vivifica y nos permite ir adelantando frutos para que ese Reino empiece a desarrollarse ahora mismo. Por eso, tenemos presente que al atardecer de nuestra vida se nos preguntará por el Amor, que es en resumen el fruto de los frutos. Por si hay dudas, es conveniente acudir a las obras de misericordia, que constituyen el listín de frutos que se nos pedirá para ser provechosos en el Reino de los Cielos.
Así que, no es suficiente que tenga una empresa, o un trabajo exitoso, o que vistas ropa fina y te movilices en ave, avión privado, coche propio o alquilado; no es suficiente con que haya una vida externa excelente si tu vida interior no está sembrada de semillas del Reino.
“Cada vez que lo hiciste a uno de mis pequeños, a mi me lo hicisteis”
Somos Campo de Dios. No ofrezcamos mas resistencia, pues desde el Bautizo ha sido sembrada en nuestra vida, la plenitud de una vida que desde ese día es eterna porque está injertada en el Árbol de la Vida que es  Cristo.
Con respecto de la Niña que hace la primera comunión.
María, que hace su primera comunión recibió esa semilla desde su bautizo porque aunque ese día ella no era consciente, sus Padres si que fueron conscientes que ella necesita de la gracia de Dios, pues la vida misma, ella, el mundo y sobre todo Dios padre espera de ella frutos de amor. Por eso, los padres y padrinos asumen la iniciativa de darle a María (la niña de la primera comunión) lo que ella necesita para que durante todo su crecimiento como persona, también se efectúe su crecimiento como hija de Dios, ciudadana de la eternidad.
Ahora, es su primera comunión y serán  muchas, pues, mediante la Eucaristía y los demás sacramentos, Maria, como todos los cristianos, vamos cristificandonos, haciéndonos como Jesucristo, que es la condición que se pide para entrar en el Cielo y esto causa en nosotros que por los sacramentos vayamos adquiriendo los sentimientos de Cristo y vayamos dando frutos como los que ÉL da al Padre en aquellos que se unen a ÉL hasta tal punto de ser otros Cristos en la Tierra..
La Eucaristía es entonces como un Retbull espiritual que va transformando nuestro corazón para que en él se reproduzcan las características y sentimientos de CRISTO.
Por tanto hay que comulgar y si no estamos en condición, pues, hay que acercarnos a la confesión.

domingo, 10 de junio de 2012

DIA DEL SANTISIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO 2012

CORPUS CRISTI
En La Luz – Santo Ángel, Murcia
Apuntes sobre la escucha de la Palabra.

1ª Lectura: (Éxodo)
Moisés contó al pueblo todo lo que Dios le dijo en el Monte Sinaí.
El pueblo al escuchar, asintió, comprometiéndose con el Señor a cumplir un pacto.
Moisés puso por escrito todo lo pactado entre el Señor y el pueblo y edificó un Altar con 12 estelas de piedra que significaban las 12 tribus de Israel.
El pueblo expresó: “Haremos todo lo que el Señor ordena”
Moisés entonces ofreció un sacrificio de comunión, tomó un macho cabrío y esparció la mitad de su sangre sobre el Altar y la otra mitad sobre el pueblo.
Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con su Pueblo. (Con nosotros)
Salmo: ¿cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?.
2ª Lectura: (Carta a los Hebreos)
Cristo vino como Sumo Sacerdote y entró en un Tabernáculo que no ha sido edificado por mano humana para derramar en él su Sangre en propiciación por nuestros pecados. Su Sangre es mucho más que la sangre de un macho cabrío.
Evangelio:
Texto del Evangelio (Mc 14,12-16.22-26): El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?». Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; seguidle y allí donde entre, decid al dueño de la casa: ‘El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?’. Él os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; haced allí los preparativos para nosotros». Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.
Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, éste es mi cuerpo». Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos. Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba de nuevo en el Reino de Dios».
Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.

Homilía Padre Francisco.
Moisés hace un gesto de significado y naturaleza religiosa construyendo un altar con 12 piedras representando en ellas las tribus que constituyen al pueblo elegido.
Al tomar un macho cabrío y rociar con su sangre tanto el altar se establece “la antigua alianza” y al rociar al pueblo, sella el compromiso.
_¿Por qué sangre?
Porque para los hebreos y como ellos casi todas las culturas primigenias, la sangre significaba la participación de la vida de Dios en las criaturas. Se depositaba en la sangre el contenido de la vida como si ella lo contuviese en sí misma y por tanto de todo el cuerpo, la sangre tenía un valor primordial.
Al aplicarse al pacto, la Sangre adquiere un carácter vital por el que se da valor a un compromiso.
Él sacrificio de Moisés es actualizado año tras año realizando el mismo gesto religioso que recuerda al pueblo la naturaleza del pacto acordado con Dios: Si cumplen sus mandamientos el Señor les dará la salvación.
Viene con el tiempo una segunda alianza que ocurre en torno al hecho de la esclavitud del pueblo hebreo en Egipto.
Contexto:
El pueblo acude al Faraón para pedirle su libertad pero Dios endurece el corazón del Faraón y éste además de negarse incrementa la opresión.
El pueblo acude a Dios y Dios envía al Faraón las 10 plagas, entre las que destaca la aniquilación de los primogénitos, porque manda al Pueblo Hebreo matar un Macho Cabrío y luego marcar las jambas de las puertas con su sangre para que el Ángel aniquilador no toque a sus primogénitos. Y con esto recordar que fue Dios quien los salvó.
Ver la concordancia de “La Sangre que se derrama para salvar”
_ ¿Qué pasa después?_
Llegada la Plenitud de los tiempos Nuestro Señor Jesucristo asume el peso de esa alianza y hace una vez y para siempre un único y eterno Sacrificio.
San Pablo afirma: ¡A Caro Precio hemos sido salvados!.
Es éste un Sacrificio único que por la Gracia del Espíritu Santo nos da la salvación.
Pero antes de consumar este sacrificio, Jesús realiza un signo sacramental:
Se reúne con sus Discípulos en torno a la fiesta de la Pascua Judía, (recordar la liberación de Egipto) y realiza algo nuevo que la Iglesia conserva hasta hoy y lo expresa en la liturgia de este modo:
"Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros".
Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
"Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía".
Este es el sacramento de nuestra fe.
Estas palabras y gestos nos hacen reconocer que el Señor nos acerca a la Alianza Nueva y Eterna a través de la pedagogía del alimento.
_ ¿alquilen puede estar aquí acaso sin comer? _ (pregunta el Padre)
Con esto, quiero decir que Jesús nos invita a que nos alimentemos de lo que realmente necesita nuestra Alma.
¿Cómo lo hace?
De modo sacramental, a través de su Cuerpo y su Sangre en el Pan y en el Vino que son los aspectos más sencillos y comunes del alimento de la gente de su época y que para a nuestra también significan un alimento de índole universal, fácil de conseguir. Así nos lo pone fácil el que llegue a nosotros su misterio de salvación.
Éste alimento fortalece nuestro corazón.
Así como tenemos gran disposición para alimentar nuestro cuerpo, debemos tenderla para alimentar nuestra vida espiritual. (Nuestra alma)
Muchos de nosotros estamos desnutridos espiritualmente porque nos negamos a alimentarnos de ese Alimento que da La Vida Eterna y nos convertimos en personas apenas para lo temporal y mundano.
En palabras sinceras: Despreciamos a Dios y nos forzamos a vivir la desgracia de una desnutrición espiritual.
Comer el Cuerpo y beber la Sangre de Cristo hace que en nosotros triunfe la vida sobre la muerte, la gracia sobre el pecado, la luz sobe las tinieblas.
Si nosotros no comemos de éste Pan Celestial, no tenemos participación de la Vida en Dios.
Y la primera comunión no se debe quedar solo en un hecho social (lo dijo porque dos niñas hacían su primera comunión).
Todos estamos llamados a ser Eucaristía.
Partirse y darse.
Es símbolo de la vida.
Si yo me cierro a mi propio egoísmo, naufrago en una existencia sin sentido. Pero si me dono, si hago de mi persona un don continuo, me abro al Amor y el Amor le da sentido a la existencia.
Aprendemos a Amar desde la Eucaristía.
“Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, que Yo os aliviaré” _ dice el Señor. Por lo que hay que ir al Sagrario, hay que buscar lugares de adoración y hacernos adoradores de ese Misterio. Hay que acudir a la Eucaristía.
Hoy la Iglesia nos ayuda a recordar que la Eucaristía es el Manjar del Cielo.
Lo que recibimos cuando comulgamos  es Dios. Y Dios es lo que el ser humano necesita para realizarse como tal, por ello, implica una disposición de nuestra parte que significa vivir en estado de gracia.
Pido de corazón que no comulguen si el pecado a matado en ustedes la vida de la gracia o si la misma vida de la gracia está herida gravemente por nuestras ofensas. Recuerden que con todo amor Cristo los espera en la confesión, para sanar esas heridas y devolvernos la Vida espiritual que nos hace real y efectivamente capaces de poseer a Dios y realizar sus obras, que se distinguen de las nuestras porque las suyas son salvíficas, eternas y comunitarias mientras que las nuestras son egocéntricas, temporales y muchas veces justicieras.
Un amor sincero a Cristo que se da como alimento impide que alguien pase a comulgarlo sin estar dispuesto porque piense que al no pasar quedará avergonzado delante de los demás.
¡Ánimo!
¡Donde abundó el pecado sobreabunda la Gracia!