MISERICORDIA, COMPASIÓN Y CARIDAD CRISTIANA
- Dios,
que es fuente de toda Misericordia. Podríamos decir que la Misericordia es
un atributo Divino; para encontrarla tenemos que penetrar lo que es le
misterio de Dios en Sí
Mismo. ¿Podríamos encontrar la Misericordia en nosotros? o ¿somos mas
bien de la ley del talión: ojo por ojo y diente por
diente?
- cuando predica no lo hace con su autoridad, ¿con que
autoridad lo hace? ¿con la suya? ¿con el ejemplo de su vida? ¿por que es
perfecto? ¿porque se lo ha propuesto? ¿con qué autoridad lo hace? Con la
autoridad que viene de lo alto. Porque en él mismo, esa Palabra se ha
hecho eficaz, porque él es un signo viviente de la misericordia de Dios.
- Si queremos reconocer en la obra de Dios en
esa persona ¿que tenemos que reconocer? Que tal como
Dios con su amor ha realizado esa obra lo ha hecho en mi, porque todos
aquí, somos fruto de la misericordia de Dios. ¿o hay alguien aquí que se
pueda jactar de que ha sido bueno? ¿alguien se ha convertido por
sus propias fuerzas?,
- Muchos de los que estamos aquí, incluso hemos pasado
por procesos de conversión, hemos pasado por la oscuridad y las tinieblas
del mundo y Dios nos ha mirado, se ha fijado en nosotros por pura
Misericordia. NO tiene otra explicación.
- Pues, muchas de éstas hermanas que Ustedes ven, son
fruto de la pura misericordia de Dios; porque de lo contrario,
no estarían en un iglesia; vamos... _¡Madre mía de mi corazón!.... Los
frailes también ¿y el padre? .el peor de todos.
- Si somos conscientes de esa realidad,
entonces la misericordia de Dios glorifica a Dios en nosotros porque somos
frutos de ese amor.
- la grandeza de ser depositarios de un don tan grande. y
el estar en la eucaristía escuchando y acogiendo la Palabra de Dios,
recibiendo la vida de Dios. Todo ha sido una obra suya, todo es fruto del
amor y la solicitud que tiene para con cada uno de nosotros
y todavía dudamos de Él y desconfiamos de su amor
- ¿por qué estamos aquí?
- Por misericordia de Dios. Porque es Él
quien suscita todo buen deseo y mueve nuestro corazón
a los verdaderos bienes, no a los falsos que son los que
nos esclavizan, a los ídolos de nuestro tiempo.
- La oveja perdida,
la dracma perdida y el hijo prodigo. Son, dentro del evangelio
de San Lúcas, una de las páginas más extraordinarias. De
la parábola del Hijo Prodigo han corrido ríos de
tinta. se puede decir que en el contexto en que encontramos ésta
parábola,del evangelio, no hay otro más precioso que éste.
- Si a nosotros se nos pierde una oveja ¿qué
haríamos nosotros?: _allá ella.
se lo busco, que después llegue aquí balando y llorando: quién la mandó. Yo
me aferraría a las 99 ovejas que tengo, ¿a que si? ¿por qué esto
nos confronta? porque nos hace ver cuáles son los sentimientos
de Dios frente a los nuestros. Pensamos que le rendimos mas gloria por el
hecho de ser más justos y en verdad es por
ser débiles y frágiles, lo que somos; porque es
precisamente dónde Él tiene puesta su mirada; es lo que despierta en Él
amor.
- Que no venga nadie a presentarle a Dios todas las cosas
buenas que hace porque eso es fruto de su amor.
- Que le venimos a entregar? nuestro pecado.
La condición necesaria para entrar por esa puerta es
ser pecador.
- Todos somos conscientes que somos débiles y frágiles. Condición necesaria, por
eso cuando Él encuentra
un corazón capaz de reconocerle su miseria
y entregase y dejarse purificar por el fuego de la gracia; eso
es para Él una alegría inmensa porque le permite a Dios ser Dios
y que se lleve a cabo el cumplimiento de su Voluntad.
- El Señor no lleva cuentas del mal. saldó la deuda
con su amor, le calzó los pies, los puso seguros, anclados en el amor, en
Dios. mató un ternero cebado e hizo un banquete ¿A qué banquete nos
referimos? A la eucaristía . ahí es donde nosotros
participamos tanto de lo que hemos acogido de la misericordia y donde
realmente experimentamos esa dignidad de hijos suyos, los que
estamos aquí cimentados en la fe y en el amor, tal como
lo manifestó San Pablo en la carta a Timoteo.
- No sintamos envidia por el bien de los demás. No
sintamos que el corazón se nos va tras el mundo porque Dios tenga
misericordia de los suyos, porque tenemos que ser apóstoles de
la misericordia; así como hemos sido tratados por Dios
hagamos lo mismo, sin miedo,
sin vergüenza con confianza e intentar que a
través de esa reconciliación tengas vida y la puedas
comunicar a los demás. de esa misericordia
podemos devolver luego lo mismo.
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