martes, 10 de julio de 2012

EN TU DEBILIDAD SE MANIFIESTA MI FUERZA

Domingo 8 de Julio de 2012
XIV Domingo del Tiempo Ordinario

LA MISIÓN PROFÉTICA
El oficio de Cristo se centra en lo que Él realizó en éste mundo al revelar al ser humano su Reino y lo que implica vivir en ese Reino.

[La Eucaristía fue celebrada al mismo tiempo que en Galilea (la casa de las hermanas)Allí se estaba realizando el campamento de verano de niños, por lo que el Padre inicia diciendo que al no haber monjas a quienes molestar, usará a los hermanos como personal de apoyo para las ilustraciones de la homilía. De paso, pidió a la asamblea que eleven oraciones por aquellos niños para que las bendiciones recibidas puedan dar frutos en sus vidas. lo que aquí se dice que hizo el Padre con el Hno José Manuel, en la Eucaristía del Campamento lo hizo con la Hna Paloma, la de Caravaca]

Jesucristo vino a instaurar un reino y vamos a intentar explicarlo en su triple misión, en la cual participamos también nosotros por el  Bautismo.

La primera misión es el sacerdocio.

En el Antiguo Testamento, un hombre era constituido como intermediario entre los hombres y Dios.
En Cristo, ese sacerdocio permite hacer la ofrenda perfecta al Padre y nosotros participamos del Sacerdocio de Cristo a través de la Eucaristía. Somos del sacerdocio común. Es decir, el sacerdocio del pueblo de Dios. Así, entendemos que la Santa Misa, entre otras cosas es una necesidad y no una obligación.

Sin los sacramentos, especialmente la Eucaristía, nuestro sacerdocio esta “Chungo” y pasa porque nos hace falta ser almas eucarísticas.

La segunda Misión es ser Rey.
...Pero el reinado de Cristo es el servicio. En el Bautismo somos ungidos con el Crisma, con el que se ungían desde la antigüedad a todos los reyes. En nosotros se hace para ser nosotros también reyes en el servicio al Amor. Entonces, queda claro que reinar no es imponer, sino ponerse al servicio de los demás.

El tercer Oficio es ser profetas.
Prestar los labios para comunicar la voluntad de Dios y para que nosotros podamos cumplir esa misión debemos abrir primeo los oídos para escuchar la Palabra de Dios y abrir los labios para proclamar esa Palabra de Dios que hemos escuchado y que en primer lugar nos debe transformar a nosotros mismos.

En la Primera Lectura, tocamos el entorno histórico en que vivió el Profeta Ezequiel. En aquellos tiempos, se vivían días terribles porque el pueblo de Israel se había olvidado de Dios y no había docilidad para obedecer a Dios y corresponder así a todo lo que se habían comprometido con Dios, por lo que apartándose de Dios, negándose a recibir sus bendiciones, se convirtieron en carne de cañón para los demás pueblos que los rodeaban y que ansiaban invadirlos y tomarlos por esclavos.
Dios, compadecido, envía al Profeta Ezequiel para que avisara al Pueblo sobre la suerte que les espera si deciden continuar viviendo como si no tuvieran Dios y esto implicaba para el profeta la amarga misión de denunciar los crímenes e infidelidades del Pueblo, por lo que fue rechazado y odiado.
Entendemos entonces que la misión de ser Profeta no es fácil. Algunos de nosotros, que movidos por la fuerza del Amor que hemos experimentando en el encuentro con Dios, hemos querido anunciarle en medio de nuestro ambiente cotidiano, nos hemos desanimado porque la primera respuesta de la gente es el rechazo, la burla y la indiferencia. El mundo será siempre aplastante contra quien intente demostrar que el Amor de Jesucristo es el camino a la verdadera felicidad porque el mundo vive de venderle a las personas falsas soluciones que en nada remedian verdadera el problema de sus vidas. Crean adicciones, inventan necesidades falsas y consiguen esclavizar para obtener tras ello lo que desea el corazón mundano.
Así que, no nos engañemos: el mundo siempre presentará resistencia porque el mundo se opone a lo que Dios quiere. ¿y qué es lo que Dios quiere? : Vida, Paz, reconciliación, unidad, servicio, obras de misericordia ¿y el mundo?: Odio, división, resentimiento, egoísmo y muerte.
Los humildes acogen la denuncia que Dios hace a través de la profecía y rectifican su camino, siendo agradecidos porque Dios les ha enviado a alguien que les ha quitado la venda del engaño de sus ojos y aunque haya que reconocerse culpables por tantos errores, los humildes saben que Dios los levanta y los encamina por la senda de la verdadera vida. En cambio, el que es orgulloso reacciona con soberbia ante la luz del Evangelio y esa reacción tiene muchas caras que pasan desde la violencia, el desprecio, la simulación, la indiferencia, hasta el suicidio espiritual del propio corazón que se cierra conscientemente a la Verdad de Dios.
Para no desanimarnos, debemos comprender que hemos sido convocados a una misión y que por tanto se sostiene en Dios que es de Quien brota el deseo de que “Todos los Hombre se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad”. Así, ante la arremetida del espíritu del mundo nos podremos mantenernos incólumes y persistentes.
Es Dios Padre quien da su Espíritu, por lo que debemos mantener la calma y sostenernos en su Amor.

La segunda lectura, tomada de la Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios, nos muestra que por nuestra naturaleza, cabe la posibilidad de que el profeta o enviado de Dios se llene de vanidad y orgullo al saberse tenido en cuenta por Dios para proclamar su palabra y entonces puede llenarse de soberbia respaldarse equívocadamente en la misión que Dios le da.

El mensaje de esta carta es espectacular porque revela que lo propio del Hombre es la fragilidad, la experiencia de la debilidad que todos compartimos, sea cual sea nuestra misión dentro de la Iglesia.

(El Padre en este momento, toma un bastón que usa una Feligrés para caminar y apoyando la punta en el abdomen del hermano José Manuel, hace presión continua para incomodar lo)

San Pablo dice que "tiene un agujón en su carne".  A él también le cuesta realizar las cosas que predica.

(Ahora pone a otro feligrés a sostener el bastón en continua presión sobre el abdomen del Hermano José Manuel. En el Campamento, es Tomás, un niño de 8 años quien pincha a la Hermana Paloma)

San Pablo, entonces, pide a Dios que se lo quite pero Dios se niega porque ante esa experiencia se suscita la conciencia de necesitar continuamente de Dios, por lo que tenemos siempre una vía para volver a Él. Así quedamos asegurados contra la soberbia del corazón y esto, especialmente, nos ocurre a los que llevamos un camino de oración y de retorno al Corazón de Dios padre. Nosotros experimentamos que se acentúa de modo particular la experiencia que san Pablo llama “aguijón de la carne (…) un ángel de satanás que me abofetea continuamente” queda claro entonces nuestra condición de debilidad y debe ser así para qué, entonces, en nuestra debilidad se manifieste la fuerza de Dios.
¿Que nos toca? Lo mejor, es “no dar coses contra el aguijón” como dice el Apóstol, sino, más bien, aceptar nuestra fragilidad seguros que Dios es quien nos sostiene y sabiéndonos débiles, entonces, tenemos la capacidad de comprender a los demás en sus propias debilidades.
Quitémonos entonces la falsa noción de la irreprensibilidad cristiana, pues, la perfección a nuetro modo de entenderla es imposible, ya que Dios mismo cuenta con nuestra debilidad para manifestar su Gracia. Entonces la perfección cristiana antes de ser una vida carente de debilidad y por tanto exigente y drástica, es una vida abundante en misericordia y compasión. En éstos aspectos es que se nos pide ser perfectos.
El “agujón de la carne” hace al profeta humilde porque, si el mensaje es trasmitido con soberbia, no penetra en el corazón del que lo necesita.
Tengamos en cuenta que el esclavo por el pecado, normalmente esta "blindado" por una actitud soberbia y orgullosa que repele justamente a todo lo que tenga una característica similar. Solo la humildad, como un suave bálsamo, es capaz de atravesar esa coraza para penetrar en lo profundo del corazón.

“Llevamos éste Tesoro en vasijas de barro”

El Evangelio:
… Otro aspecto de la profecía es que la eficacia depende enteramente de Dios porque Él da su Espíritu Santificador y el Espíritu Santo es sumamente suave, no emprende nada en nosotros que nosotros mismos no queramos aceptar. Él cuenta con nuestra respuesta de fe, en adelante la Obra es suya y con todo, aquella respuesta, debemos aprenderla de Jesucristo, pues en nosotros no la poseemos como tal. Una vez le damos nuestro si, aquella suavidad se convierte en nosotros en una fuerza impresionante que empuja continuamente a las personas a que busquen la Vida verdera en las fuentes sacramentales de la Iglesia.

¿Qué pasa en la Sinagoga de Nazaret?

El Señor llega a su pueblo…

(Aquí, el Padre Francisco añade un relato anecdótico tras el cual habla de la experiencia de vida el Hermano José Manuel, que dicho sea de paso, lleva toda la homilía de pié sobre una butaca. Cuenta el Padreque  que, estando en Murcia Capital, una señora se acerca a él para preguntarle si pertenecía a la misma congregación en la que había entrado Héctor, un viejo amigo suyo que conocía desde hacía muchos años y con quien había compartido muchos momentos de su vida; sobre todo, le recordaba por su especial animo por la fiesta y la juerga. (Risas en la asamblea y rubor en la cara del Hermano)

Jesús, durante su vida aprendió y desempeñó uno de los oficios más humildes y de más esfuerzo que puedan existir. Se le conocía como “el hijo del carpintero” y de repente, aparece en la sinagoga de Nazaret, que tenía fama de ser aquella en la que predicaban los más sabios de Israel y, Jesús “el hijo del carpintero” les da allí una magistral lección de lo que es seguir a Dios.
Todas las palabras de Jesús les llegaban al corazón y por eso, extrañados se preguntaban
_"¿No es este el hijo de María y no son estos sus hermanas y hermanos?"_

(En éste momento el Padre abre un delta en su predicación para referirse al caso típico por el que los miembros de muchas sectas que se nutren del Cristianismo, piensan que María fue madre de más hijos y que por tanto, no es virgen ni tampoco Inmaculada)

Esto es muy fácil de explicar: el lenguaje hebreo es una lengua muy pobre, y entre tantas situaciones que se presentan, también la del parentesco entre personas descendientes de un abuelo es referida con un mismo vocablo “
‘ach"
Así, todos los hijos, nietos, sobrinos, Tíos y primos que estaban unidos parentalmente al anciano mayor, se denominaban con el vocablo “
‘ach"

…En tono de broma, el Padre dice que cuando algún cristiano adoctrinado por el protestantismo venga a poner ante nosotros en tela de juicio la Virginidad de María Santísima, le digamos:
_ “¡achhhh! (suena como de asco) ¿pero qué dices? María Santísima Es Virgen Inmaculada por siempre!"_ [Risas en la asamblea].

Los nazarenos veían a Jesús como "el carpinterito", el hijo del carpintero, porque lo veían solo  con mirada humana, sin la dimensión de la fe.

(El Padre vuelve al Hermano José Manuel)

Así, cuando vemos a Héctor, si lo vemos con los ojos de la fe, nos lleva a reconocer la obra de Dios en su vida. Del mismo modo, el profeta sabe que, el primeo que tiene que dejar cabida a la Palabra de Dios y por tanto escucharse es él mismo, que es consciente de su debilidad y que sabe cuánta falta le hace que Dios venga en su ayuda. El profeta sabe que también él es un hombre de barro.

Esto mismo lo aplicamos entones a nuestro modo de ver a los sacerdotes de nuestro tiempo. Nosotros también somos hombres de barro pero ante todo tenemos que cumplir una misión y para el caso en que el sacerdote no es en sí mismo testimonio de lo que se anuncia, hay que recordar las palabras de Jesús: “Haced lo que ellos dicen y no lo que ellos hacen” y orar por ellos, ante todo. Orar y ayudar para que la Acción del Amor de Dios toque también sus corazones.

¡QUE EN NUESTRA DEBILIDAD BRILLE LA FUERZA DE DIOS!

¡Animo en el Corazón!
que fue traducido como “hermanos” para nuestra lengua, pues, lo fraterno, reunía un poco más la connotación de unidad que se tiene en las familias hebreas. Ellos, todos, se consideran ante todo como hermanos, hijos de Abraham y el término “hermanos” Se usó entonces para traducir el vocablo “‘ach por el que se denominaba a los parientes de Jesús en el Evangelio.

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