domingo, 11 de agosto de 2013

ATENTOS Y VIGILANTES

Tenemos en la primera lectura un libro sapiencial. es un libro que recoge la sabiduría de los grandes sabios de Israel. Los que supieron hacer una lectura espiritual de los acontecimientos, que tuvieron lugar a lo largo de la historia del pueblo israelita. en eso consiste el libro de la Sabiduría. Estamos al final del Libro de la Sabiduría, el último capitulo, el capitulo XVIII, en el cual, el autor sagrado viene a decirnos una reflexión sobre una parte de la historia del Pueblo de Israel; que es: (...) (la primera lectura que hemos hecho; les doy pistas; sería bueno, Habla de una noche memorable, en que fueron liberados los israelitas y fue condenado el enemigo). ¿De qué día hablamos? (que me responda solo uno: !madre mía de mi alma!) ¿de que noche estamos hablando?: de la noche de la pascua. ¿Recuerdan el contexto en el que nos situamos? ¿el pueblo Israelita en dónde estaba? (...) _ En Egipto_ Estaban esclavizados por los Egipcios, estaban siendo, digámoslo así: machacados por ellos. Recordemos que cuando hemos hecho reflexiones en torno a este acontecimiento en la historia del Pueblo de Israel, recordamos que Egipto simboliza la realidad del pecado, lo que esclaviza al hombre, lo que le merma, lo que le quita su propia dignidad; pues, es la circunstancia que está viviendo el pueblo en aquel momento. Dios interviene a través... por las suplicas del pueblo que le pide necesitada al Señor, le pedía que por favor se apiadara del pueblo y el Señor responde suscitando a un gran caudillo ¿que fue?... (Madre mía cómo estamos en Historia Sagrada): Moisés. Moisés es el caudillo que Dios escoge para ir allí y presentarse ante el faraón y pedirle que por favor le permitiera salir con su pueblo al encuentro con Dios en el desierto, en el monte santo ¿en el monte? (ahora responden más, ya vamos mejorando): En el monte Sinaí. Muy bien ¿el faraón le deja ir?: para nada. el faraón no les deja ir, por eso es que Dios interviene con signos y prodigios para que el faraón pueda decidir realmente dejar salir al pueblo de Egipto y ahí es donde vienen las plagas, entonces el libro de la sabiduría ne estos últimos capítulos se dedica a hacer una lectura espiritual de ésos acontecimientos, de las plagas de Egipto; en el capitulo XVII vamos precediendo un poco la lectura de hoy: habla sobre la plaga de la oscuridad. es una reflexión muy interesante: dice: aquellos, los egipcios que sometían al los israelitas a la esclavitud fueron sometidos a una gran penumbra, a una gran tiniebla, en la cual experimentaron temor... experimentaron angustia y  desesperación, mientras que Dios se manifestaba a su pueblo y Él era para ellos como un sol de justicia, como un sol radiante que les permitía poder seguir su camino. es una reflexión muy bonita acerca de lo que es esta plaga y finalmente, al principio del Capitulo XVIII del libro de la Sabiduría, habla de la última de las plagas que llamamos así, ¿que fue cuál?: la muerte de los primogénitos de Egipto.
Empieza diciendo el libro de la Sabiduría como en aquel momento, en aquel tiempo, los Egipcios en su momento quisieron diezmar  a los israelitas ¿recuerdan como?: cuando quisieron matar a los hijos de los Isralitas ahogándolos en el Nilo. Pues, Dios, de esa misma forma, de alguna manera manifiesta su voluntad salvífica obrando, pues, esta circunstancia; diezmando a los hijos de los Egipcios y dice: sepultándolos en el mar, porque recordemos ese acontecimiento por el cual los Egipcios quedaron sepultados en el mar rojo, siendo un signo muy elocuente... ¿de cuál sacramento? Del Bautismo, que nos otorga a nosotros la salvación y la liberación de nuestro pecado ¿OK?... Bueno, ¡muy bien!. Haciendo esta reflexión el autor sagrado habla de la actitud y la disposición de los israelitas en aquel momento, en una noche memorable, no menciona que sea la noche de la pascua pero lo identificamos por el contexto: "en aquella memorable de la pascua". Aquella noche en la cual los israelitas les fue anunciada la salvación que Dios iba a obrar. en aquel momento los Israelitas, llenos de una inmensa alegría por lo que Dios iba a obrar en su pueblo, tomaron la actitud de esperar y confiar en el cumplimiento de la promesa de Dios y por eso, en esa firme esperanza, decidieron ofrecer un sacrificio ¿recuerdan el sacrificio... de quién? _del Cordero Inmolado_ cuya sangre puesta en el dintel de la puerta hacía que el paso de Yahvé por aquel sitio de la pascua, pues liberara a los israelitas e aquella ultima plaga ¿y cómo estaban los Israelitas en aquel momento? Estaban cenando ¿pero cómo estaban? con la cintura ceñida, con las sandalias en sus pies, listos y preparados para salir al desierto, al encuentro con Dios. Dice la Palabra de Dios en el libro dela sabiduría: "Cantaban Himnos y cánticos en ese momento al hacer la acción de gracias a Dios, al ofrecer el sacrificio". un signo muy elocuente para lo que nosotros... ¿que es? ¿en qué momento también nosotros hacemos un sacrificio, la ofrenda de un nuevo cordero, cantamos himnos y acción de gracias para obtener la salvación? _En la M-I-S-A. 
En la Santa Misa ¿Cuál es el Cordero que se ofrece? _ El Cordero Inmolado de la Nueva Alianza. ¿Quién es? _ Jesucristo_ Nuestro Señor es ofrecido al Padre, es ofrecido para que, a nosotros nos sirva de salvación ése ofrecimiento; la victima perfecta para la remisión de nuestras faltas y pecados; también nosotros somos en éste día memorable, de éste recuerdo de aquella Noche Santa de la Pascua, estamos aquí con la misma actitud de los israelitas ¿cual es esa actitud? _alegres en la esperanza y confianza en el cumplimiento de las promesas de Dios. ¿así el Domingo venimos a misa? ¿he?. (pues, yo vengo porque me toca venir a misa los Domingos) ¿así venimos a misa hoy? has venido con tu corazón abierto de par en par al Señor, con la firme esperanza de que verás en tu vida, a tu alrededor, verás el cumplimiento de las promesas del Señor. por eso hemos venido a ofrecer este Santo Sacrificio de Alabanza a Dios nuestro Padre, cantando himnos y cánticos, allí, con la Hermana para darle gracias a Dios, al Señor y de esa manera obtener la salvación que Dios nos ofrece... "En verdad es digno y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo lugar, Señor Padre Santo, Dios todo poderoso y eterno" Entonces: ¿cómo está nuestra fe, cómo está nuestra actitud? porque algunos venimos tristongos, ¿no? un poco tristongos, un poco así como cabizbajos, con muchas preocupaciones y angustias, seguramente cerrados en nosotros mismos como consecuencia de los problemas, de las dificultades; con una actitud, muchas veces, que, como consecuencia de esa realidad, pues, nos lleva a chocar inevitablemente y a hacer muy agrestes en nuestra relación con los demás. que no nos soportamos ni a nosotros mismos: nos miramos al espejo y... (¡grrrrrrrrrrrrrr!)No nos soportamos ni a nosotros mismos, ya. entonces, El Señor quiere hoy, en primer lugar, llevarnos a comprender, dentro de la naturaleza del cumplimiento de sus promesas, si tenemos la misma actitud de encuentro, si estamos, éste momento preparados, bien dispuestos para ofrecer éste Santo Sacrificio de la Nueva Alianza. ¿OK?. Es muy importante lo primero, ahí es donde realmente vamos a empezar a examinar cómo está nuestra fe, cómo está nuestra esperanza, cómo está nuestra caridad. ¿OK?.Éste libro de la sabiduría: excelente. este texto que hemos escuchado en el día de hoy para situarnos ante esa perspectiva ¿OK?.
En la segunda lectura, que la hemos tomado de la Carta a los Hebreos, que ya es del Nuevo testamento, tenemos otro texto maravilloso de literatura sapiencial, pero esta vez, de la Nueva Alianza, en la escuela Paulina. (se dice, no se tiene muy claro si esta ultima carta es de San Pablo o de alguno de sus discípulos; no se tiene muy claro en la Carta a los hebreos, pero tiene su teología, entonces, por eso está dentro del corpus paulino, osea: dentro de las cartas de San Pablo. entonces, en ésta carta a los hebreos, a partir del capitulo once, se nos hace una reflexión muy bonita acerca de lo que es la fe. ese es el tema fundamental ¿ya?. Entonces se nos viene a decir si realmente nosotros abrimos nuestro corazón a Cristo, que es el fundamento de nuestra fe y si a través de esa perseverancia en la fe, nosotros alcanzamos el fruto de lo que esa fe nos quiere ofrecer. "el justo vivirá por la fe". ¿ya? entonces, para ello, en la carta a los hebreos se nos pone el ejemplo de unos personajes de la Palabra de Dios, cuya actitud, cuya disposición, nos permite a nosotros entender cual debe ser la respuesta de nosotros de cara al cumplimiento de las promesas de Dios en nuestra vida... entonces, en éste capitulo se empieza a hablar, en primer lugar de Abél. Abél, que ofreció un sacrificio agradable al Señor (en vez de su hermano que era un poco tacaño) ¿no?. Ante ese sacrificio agradable en que Abél ofreció lo mejor de los frutos de la tierra, ante ese sacrificio, Dios le concedió a ese corazon... le justificó. Pero ¿por qué Abél ofreció ése sacrificio? porque él creía; por la fe en el Señor. Habla luego de Enoc... (algunos ponen cara de... ¿de quien?) Enoc: otro personaje del Antiguo Testamento... de los que llamamos patriarcas pre-diluvianos (antes del diluvio)... nos habla de Enoc y nos dice cómo Enoc, tambíen, siendo un hombre justo a los ojos de Dios, fue arrebatado al cielo. Dios le concedió de alguna manera, digamos, le concedió la gracia de poder demostrar en su corazón aquello en lo que creía. luego habla de Noe, de cómo Noé por la fe en el Señor construyó el arca. (porque hay que tener fe para construir un arca).. construyó el arca y se salva él y su familia. y de esa manera obtiene, a través de la intervención de Dios en el diluvio, pues, evidentemente, la gracia y el don del amor de Dios. ¿ya? y luego empieza a hablar de los patriarcas y ahí es donde estamos escuchando el texto del día de hoy en donde nos habla de la fe de Abraham, de Isaac y de Jacob. estos tres grandes patriarcas del Antiguo Testamento, de la construcción del pueblo israelita. por la fe Abraham dejó su tierra, donde él estaba, en Ur de los caldeos. dejó su tierra y se fue a donde Dios le señaló que fuera para ser depositario de una tierra prometida. que es la tierra que Dios le prometió a Abraham ¿sabía para dónde iba? solo fiado en la palabra de Yahvé, solo fiado en la Palabra de Dios, Abraham recorre un camino y llega a la tierra de Canaan, la tierra de la promesa y allí vive como extranjero, en tiendas, esperando el cumplimiento definitivo de la promesa del Señor. y ¿Vio ese cumplimiento realizado? ¿el cumplimiento de la promesa?. _No_ Abraham, Isaac y Jacob murieron esperando el cumplimiento de esa promesa, pero con la firme esperanza de que Dios cumpliría lo que Él mismo les había anunciado ¿ya?... porque ésa ciudad iba a ser edificada por Dios, no por manos de hombres. porque en ésa empresa, la eficacia... en esa empresa, llevar a cabo todo eso que se esperaba, ¿de quién dependía?: De Dios. Ellos confiaron en el cumplimiento de ésa promesa y murieron esperando el cumplimiento de esa promesa. por eso dice el Señor en el Evangelio: Si Abraham, Isaac y Jacob estuvieran aquí, estarían mas que contentos porque verían el cumplimiento pleno del designio amoroso de Dios para con su pueblo. ¿OK? ¡Muy bien!. Zara, contra toda esperanza, siendo anciana, recibió la gracia de tener a un hijo, a Isaac, que es depositario, también, del cumplimiento de una promesa de Dios: la descendencia tan grande como las arenas del mar y como las estrellas del cielo: por la fe, por la confianza; al cimentar la base solida del corazón en Dios; digamos, aun muriendo, confiaron plenamente en el cumplimiento de esa promesa y la promesa era de una tierra. Cuanto más, dice el autor sagrado de la Carta a los Hebreos, cuanto más si estamos hablando de la promesa... ¿cuál? ¿cuál es la promesa para nosotros? ¿cuál es la tierra prometida de la Nueva Alianza?: El cielo. cuanto más si de lo que estamos hablando es de la promesa de la vida eterna, de la bienaventuranza de la vida eterna; De lo que sería la participación de la vida de Dios; de aquello de lo que tiene realmente sed nuestro corazón. Y termina diciendo la Carta a los Hebreos "Mirad la fe de Abraham, que Dios le pidió que sacrificara a su hijo, ¡a su único hijo!, al depositario de la Promesa; le dice que lo ofrezca al sacrificio. y dice el autor sagrado: parece que Abraham creía en la resurrección, creía que Dios podía devolverle la vida a su hijo. Es una lectura teológica, una lectura espiritual; en ningún momento, en el tiempo de Abraham, Abraham pensó en esto; pero el Autor sagrado de la Carta a los Hebreos dice: "esto es figura de lo que vendría en el futuro". ¿cuál es la promesa que nos abre a nosotros la posibilidad... qué acción salvífica de Dios nos abre a nosotros la posibilidad de poder acceder al cielo?: _La Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. El ha vencido la muerte, nos ha abierto las puertas del cielo para que nosotros participemos de esa gracia. 
¿Confiamos, tenemos fe en el cumplimiento de esa promesa? ¿Tú, crees que el Señor tiene el poder para conducirte a ti hasta el cielo? (...) Yo esperaba un sí categórico como el de los...._¡Si!, Padre, confiamos... no, bueno, pues sí... ¿no?_... ¿Tenemos esa confianza? sabemos que tenemos a Uno que Aboga por nosotros, dice la carta a los Hebreos: "el verdadero mediador de la verdadera alianza que se ofrece a sí mismo para que nosotros obtengamos realmente en nuestra vida esperanza, alegría y paz. ¿confías en Él, crees en Él?.
Es exactamente lo que hoy nos plantea esta carta, la actitud, la disposición del corazón. ahora vamos a hablar a través del Evangelio que hemos escuchado el día de hoy de tres actitudes que son necesarias y que caracterizan a la persona que tiene fe, esperanza y caridad en su corazón. entonces vamos a ver cómo estamos ¿OK?.
Estamos en el Evangelio de San Lucas. Ya, el Domingo anterior nos había dado un "rapapolvo"... El Señor hablándonos de dónde deberíamos tener puesta la seguridad de nuestro corazón... qué bienes eran los que deberíamos perseguir ¿lo recuerdan el Domingo anterior?... _Es que ha pasado una semana, padre, y se nos olvidan las cosas_ Hay que poner nuestro corazón en los bienes eternos. no es que los bienes temporales sean malos, ¿ya? sino que no debemos colocar nuestro corazón en ellos; los bienes temporales que tenemos a nuestro al rededor, deben ayudarnos al cumplimiento de ése fin; no ser un obstáculo en el cumplimiento de ése fin ¿me han entendido?... Muy bien.
Entonces, ante esta realidad el Señor, empieza, hoy, a hablarnos acerca de ésa circunstancia; ¿OK?. Entonces, nos dice: "Liberad vuestro corazón, desprenderos de todo lo que os ata, dad limosna" porque, dice el Señor en esta palabra, que, "así, de esa manera podréis cosechar en vuestro corazón tesoros que no roe la polilla ni se roban los ladrones. Yo no se si alguna ves les han robado, ¿si?. bueno, a nosotros aquí en la Luz, también nos han robado. Entonces, pues, cuando te roban, ¿cuál es la sensación que te queda? _ ¡hay, me robaron la tele!. ¿qué les han robado? _¡el ordenador, el móvil! ¿que sensación nos da entonces frente a eso: un cierto sufrimiento, como una impotencia, no se; se siente mal cuando te roban. y el Señor dice: por eso, porque muchas veces ponemos nuestro corazón en estas cosas nos dan muchos sufrimientos y dolores, pero las cosas que almacenamos en nuestro corazón, nadie puede robárnoslas. nadie. Ese tesoro que nosotros albergamos... ¿cuando albergamos ese tesoro en nuestro corazón?. Cuando nosotros practicamos las obras de misericordia, cuando hacemos que nuestra vida sea para todos, fundamentalmente una expresión del amor de Dios para con los demás, cuando buscamos los bienes de arriba, cuando perseguimos en nosotros la paz, o cuando perseguimos en nosotros el cumplimiento de su Divina Voluntad. En ése momento está colmado, está repleto de un tesoro que nadie nos puede arrebatar. Por eso, ahí está puesta nuestra seguridad... si nuestro corazón tiene puesta la seguridad en ese tesoro: ¿cómo es nuestra vida? _feliz!. es más, muchos santos nos han demostrado en la Iglesia que, desprendiéndose de todo, todo, de todo lo que en algún momento los podía atar, vivían, simplemente como San Francisco de Asís, vivían simplemente alegres porque poseían todo, al poseer a Dios, lo poseían todo. En cambio cuando uno se ata a las cosas materiales y y esas cosas a lo mejor se te pierden o se te diluyen... piensen cuantas personas sufren porque en determinado momento tuvieron y ahora no tienen... que antes tenían quizás la posibilidad de disfrutar y salir... Cómo una persona que me encontré alguna vez que sufría. _¿es que tengo un sufrimiento!_ ¿que te pasa? alguna enfermedad; _no, no, es que no podemos salir de vacaciones éste verano!_ (...) ¡qué morro! ¿cómo vas a sufrir por eso? _ nos tocó conformarnos con la piscina del conjunto residencial_ ¿Han visto?: ¡Un morro! un morro de oso hormiguero. ¡Madre mía de mi corazón!. "Donde está puesto tu tesoro allí está tu corazón". Por eso es importante que el primer y gran elemento que ayude a situarnos en la perspectiva del cumplimiento de la promesa de Dios, que nos habla del cielo, es que tengamos nuestro corazón puesto en esos bienes que son los que debemos atesorar. ¿Atesoramos tesoros para el cielo? ¿o tenemos un pequeño carrefour en nuestras casas? porque, muchas veces la gente cuando tiene vacío el corazón necesita consentirse, necesita de alguna manera, como sentirse bien consigo mismo, ¿y qué hace? Se compra cosas. Hay personas que son compradoras compulsivas porque es la única forma de sentirse agradados en algo. El materialismo es muy fuerte en nuestra sociedad, muy fuerte... por si no se han dado cuenta. Es importante esto: vivir en el desprendimiento de las cosas.
Escuchen todos los mensajes que el Santo Padre está dirigiendo a la Iglesia; en todos los mensajes nos está hablando, en gran medida, de ese desprendimiento de corazón ¿no se han dado cuenta? ¿han seguido las palabras del Santo Padre?.... muy importante, muy importante desprendernos. ya te digo: es fundamentalmente darle libertad a nuestro corazón; es pensar, realmente, que... ¿dónde está tu morada?... y cuando tu te vayas de éste mundo, podrás llevarte la moto de Sky náutica al cielo? ¿el parapente? ¿te podrás llevar alguna de tus casas? (¿la de murcia, la de la playa, la del interior, la de Madrid?).... ¿te podrás llevar algo de tu cuenta bancaria? ¿te podrás llevar tus títulos? ¿te podrás llevar la vajilla de murano? ¿te podrás llevar tu colección de camisas top Mc Flynder? ¿te podrás llevar todas estas cosas?... "Desnudo viniste a este mundo, desnudo te irás de este mundo" aunque te pase, ¿no?, como a muchos en la antigüedad, muchos, se enterraban con todas sus posiciones; hasta con sus criados... Han encontrado los cementerios donde están allá, los pobres, sentados allí, porque pensaban que con la muerte había un viaje en el que te podías llevar todas las cosas. solo cambian de dueño las cosas materiales y muchas veces con enormes sufrimientos vemos, muchas veces, cómo, muchos hijos se pelean entre ellos por las procesiones materiales de los padres, que seguramente, todo lo que han recogido, tenían la ilusión de dárselo a los hijos para que tuvieran un buen porvenir, una buena vida... y vemos cómo, hasta se matan unos a otros y muchas veces, incluso, son capaces de denigrar la propia vida y de irrespetar a sus padres con el fin de conseguir,por codicia y por ambición, bienes materiales. es un drama terrible lo que vemos actualmente en nuestra sociedad. 
"Atesorar tesoros para el cielo, cosechar en vuestro... y si no: ojo. os lo digo con todo mi corazón: si no cosecháis bienes para el cielo, si obráis siempre con egoísmo buscando solo lo que satisface el corazón, no, pues, a nivel de simple egoísmo, tendréis un vacío enorme en el corazón, e infelicidad. Quien cultiva los bienes del cielo, colma y llena su corazón, le da alegría, esperanza y paz en medio del camino. Entonces, es lo que tenemos que ver: ¿cómo están las cuentas bancarias del cielo? ¿cómo están? ¿igual que las otras? ¿en rojo?... que estamos.... ¿no? ¿están en rojo?. 
Primera reflexión del día de hoy, de este Evangelio que hemos escuchado: Ambicionar los bienes del cielo y cultivarlos en el corazón _ Padre: ¿como?_ Las obras de misericordia. Cultivar el amor de Dios, hacer el bien a los demás; vencer el egoísmo, vencer el orgullo, vencer la soberbia, dedicándonos a hacer el bien, tal como nos lo ha enseñado Nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio. "Amos unos a otros como Yo os he amado. Entonces, pongan esto en práctica, que esa es la actitud del que cree, ¿del que tiene su meta puesta a dónde? en los bienes eternos.
Segundo: El Señor dice, además de ésto, en el Evangelio de hoy: "ojo: manteneos en vela, manteneos en vela, vigilantes, porque nadie sabe cuando viene en dueño de la casa. "Ustedes... _dice el Señor_ Ustedes creen que si el dueño de la casa les hubiera dicho a qué horas viene en ladrón, ¿le dejaría abrir un boquete?. No. ya. No sabemos cuando viene el Señor. Dichosos aquellos que cuando venga el Señor... ¿cómo los encuentre?: preparados, dispuestos... _pasa, Señor_ "Os aseguro, _dice la Palabra_, que si el dueño os encuentra así, él mismo se ceñirá y os servirá" ¿que les recuerda éstas palabras?: La Ultima Cena ¿por qué? porque fue lo que hizo el Señor con los suyos: se ciñó y les sirvió. Es una muestra inmensa de lo que es el Amor de Dios para con nosotros. "estad preparados, vigilantes" ¿OK?... Esa es la segunda actitud, decía Juan XXIII: "Yo siempre tengo las maletas listas" ¿que quiere decir? que si hoy me llama el Señor; ¿hoy, cómo estoy?: Preparado, listo. si se nos cae el santuario encima ¿nos iríamos todos a la liturgia celestial en el cielo?  ¿O,hay algunos que todavía nos están preparados?... a lo mejor alguno se está diciendo a si mismo: _ bueno, yo... yo dejaré a la amante en el dosmil catorce..._ ¿no? iré preparándome para... ¿y si el Señor te llama? ¿recuerdan el Evangelio en el que el Señor habla del Hombre necio que cultivó una gran cosecha y empezó a hacer cálculos... "voy a hacer una casa para poner, pues, toda la cosecha, y luego, disfrutar y comer y beber: ¡Necio! El Señor te llamará ésta noche. 
Entonces; nosotros estamos preparados... muchas veces, tenemos muchas cosas que debemos cambiar en nuestra vida, en nuestro corazón; que sabemos, a lo mejor, nos hemos hecho esas propuestas: _si, tengo que cambiar esto, tengo que cambiar aquello, que yo con mi lengua viperina, habla de todo le mundo y tal; que soy mentiroso y que soy impuro, y que soy... ¿cuándo piensas cambiar eso? ¿cuando vas a empezar a trabajar tu corazón? (...) _!Es que no se, es que, en verano da una pereza¡. En otoño_ ¿y cuando llegue Otoño: ¿que vas a decir?. _ ¡hay! en navidad_ y cuando llegue navidad ¿que vas a decir? _En Semana Santa_... y así se te va la vida. siempre será: después. las cosas de Dios siempre son para después. pero las cosas de este mundo, tenemos el empeño, casi siempre, y la disposición para hacerlas ya. Entones debemos ser conscientes de ello, no debemos seguir esperando a que pase algo para poder tomar la actitud de buscar al Señor, de reconciliarnos con Él, de buscar el sacramento de la reconciliación; de  buscar la participación en los sacramentos, en el sacramento de la Eucaristía, que es una semilla de la eternidad, una tesoro inagotable en nuestro corazón, de cara a nuestro fin último que es el cielo. ¿OK? Hay que poner empeño. hay que poner determinación, hay que combatir el buen combate de la fe todos los días ¿tienen cara, ustedes, de combatientes? (...) o con el verano.... _¡hayyyy!. Todo lo contrario, Padre, en verano es cuando se acrecientan los vicios_.
Entonces, hay que pedirle al Señor ésta gracia, también, segundo aspecto de éste Domingo: Vigilancia, determinación, estar alerta, siempre trabajando, continuamente por nuestra salvación, sin dejar ninguna ventana abierta al mal; apartándonos de todo aquello que en determinado momento puede condicionar, realmente, nuestra vida eterna. pensemos que lo que nos estamos jugando no es cualquier cosa: es la vida eterna y la vida junto a Dios es lo que necesita el corazón. cuando se hablan estas palabras patológicas, cuando se nos habla de lo que es el encuentro con el Señor, El Juicio, y dice San Juan que seremos juzgados en el amor; hay gente que se asusta: _¡hay!, no hable de esas cosas, padre, hablar de la muerte, del encuentro con Dios, del Juicio, de las obras... ¡huy! ¡da miedo!. ¿Quién ve al Señor con miedo? El que no está preparado de corazón. ese debería temer. pero quien se encuentra preparado, ¿qué significa encontrarse con el Señor? encontrase con la vida eterna, ¿qué significa eso? ¡Lo más extraordinario que nos puede pasar! lo mejor que nos puede pasar ¿ya?
Todo lo que nos habla de eternidad, todo lo que nos habla de una experiencia de lo eterno, nos colma a nosotros el corazón ¿no os pasa los Domingos, antes de venir aquí, a participar de esta misa eterna?... Bueno... anhelo de eternidad: eso es de lo que tiene sed el corazón y tenemos que pedirle al Señor esa gracia; que nos ayude a tener esa actitud vigilante. ¿de acuerdo?... entonces, hay que poner atención, y hay que estar alertas, para estar siempre atentos a no permitir que el Demonio nos gane espacio en nuestra vida y en nuestro corazón. Alejarnos completamente de todo aquello que en un determinado momento nos puede separar del cumplimiento de la voluntad divina. siendo sabios y prudentes a la hora de escoger los medios para la realización del bien y del fin ultimo de nuestra existencia en éste momento. ¿De acuerdo? muy bien.
Y lo tercero: Pedro le hace una pregunta: _Señor, ¿eso lo dirás de nosotros, de los que estamos aquí sirviéndote a ti? y el Señor dice: _¡Hay, Pedro; hay Pedrito!: Dichoso el criado al que el Señor ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas_. evidentemente nosotros, los que estamos aquí estamos siendo enrriquecidos con una gracia (estar aquí es una gracia) no digo en el santuario, sino en la Misa. es una gracia extraordinaria. nosotros hemos conocido el amor de Dios, por eso estamos aquí, porque le hemos conocido, porque hemos reconocido en El Señor la esperanza de nuestra vida y de nuestro corazón. por eso El Señor, continuamente nos invita y nos impulsa a seguir sus pasos y nos da su gracia para ello. El Señor nos ha puesto al frente de su servidumbre; pero claro, nosotros, muchas veces, como El Señor tarda, a pesar de que hemos recibido esa gracia, a pesar de que hemos recibido ese anuncio, nosotros como que, nos relajamos.... nos tomamos las cosas, un poco, pues.... _Hay que tomarse las cosas un poco light, también... hay coca-cola light, hay arroz integral... nos tomamos las cosas... _no hay que exagerar tanto, ¿no, Padre?_ tampoco. entonces, aveces tomamos esa actitud, un poco como, llamémoslo así: tibia; ante la experiencia de lo que hemos recibido, ante la experiencia de lo que el Evangelio, a nosotros nos señala. ¿ya? y El Señor le dice a Pedro algo increíble, algo que nos debería a nosotros cuestionar, nos debería mover el corazón. Pues, cómo será, dice Él... ¿que terrible sería para aquel siervo que sabe lo que le gusta a su Señor, que sabe lo que el Señor le ha pedido, que no lo ponga en práctica. Si alguien no lo supiera y hubiera algo digno de ser corregido, pues, se le corrige, pero quien lo sabe, quien entiende las cosas y aun entendiéndolas y sabiéndolas no lo hace... ¿será posible? Entonces; por eso el Señor dice: "A quien más se le ha dado, más se le exigirá. a quien más se le ha confiado, más se le exigirá". _Yo no lo sabía_ Dirán algunos. _¿Y El padre Francisco no lo dijo en una homilía?... _estábamos allí y era un Domingo de verano y hacía mucho calor. Nosotros hemos recibido esa gracia, se nos ha anunciado a nosotros, se nos ha dicho, se nos ha señalado en camino para el cumplimiento de la Voluntad Dios en nuestra vida y muchas veces somos nosotros mismos los que, muchas veces dejamos caer en saco roto eso que el Señor nos dice. Yo me hago una pregunta ¿nosotros, realmente, después de venir a la misa, nos proponemos cambiar nuestra vida con la fuerza que nos ha dado el Señor a través de la propia Palabra? ¿si, realmente, nos tomamos en serio el camino de la santificación y de la conversión permanente de nuestro corazón? ¿después de la misa, realmente, salimos de aquí convencidos a luchar enormemente para que la  voluntad de Dios se realice? ¿o, nosotros, habiendo escuchado esto, muchas veces, ni siquiera lo ponemos en práctica? piensen cuantas veces pensamos: _¡Hay, si las personas escucharan lo que escuchamos aquí, si las personas se enteraran de las cosas, si penetraran realmente en el conocimiento de las verdades que que el Señor nos ha revelado ¿cuantas personas realmente cambiarían su corazón? ¿no lo pensamos aveces? ¡somos privilegiados! porque a nosotros se nos ha dado ese conocimiento. ahora, ¿qué vas a hacer con ese conocimiento?
Hay que ser perseverantes y constantes porque nosotros hemos recibido mucho. 
Una Monja, ¿cuánto habrá recibido una monja? ¿ah? ah? _!Mucho más!_ ¡cuánto habrá recibido un fraile? ¿o un sacerdote? ¿o los que participan de los distintos movimientos en la vida de la Iglesia, a través de sus múltiples carismas? ¿cuánto hemos recibido? ¿cuánto se nos exigirá?. entonces: ¿cual debe ser nuestra actitud? Una actitud de fidelidad constante y perseverante en  nuestra respuesta de fe. 
¿Tienen claras las tres cosas que nos dice el Evangelio el día de hoy? ¿si?
Atesorar tesoros para el cielo y poder todo el empeño en ello, alejandonos de todos los obstáculos que nos piden alcanzar esa gracia tan extraordinaria que es la participación de la vida de Dios. Segundo: ¿con qué actitud? Con una actitud de constante vigilancia y espera, estando listos, para que el día  que nos llame el Señor estemos contentos...
_¡Estoy aquí, Señor! el que anhela participar de ti. para que cuando nos venga la experiencia de la hermana muerte, en ese momento, a pesar de la angustia humana, experimentemos la paz de los que se saben amados y protegidos y con un montón de tesoros de obras de misericordia en nuestro corazón ¿OK? y lo tercero: como hemos sido depositarios de una gracia muy especial por el conocimiento que tenemos de lo que es la voluntad de Dios, a nosotros... se requiere de nosotros perseverancia y constancia, para que en esa perseverancia y constancia, nosotros, cuando se nos exija, estemos listos para responder ¿de acuerdo?. haremos un minuto de silencio y le pediremos esa gracia al Señor.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.

Por el Padre Francisco del Corazón Inmaculado de María.
Hermano de la Luz-Guadalupano

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su Opinión, si quiere expresarla, siempre y cundo sea adecuada, bienvenida es: