domingo, 6 de octubre de 2013

Cómo arrancar un árbol de tu corazón para plantarlo en el oceano?

HOMILÍA DOMINGO 6 DE OCTUBRE 2013

Por Francisco Aroca Gómez

Aumentanos la fe. Así le piden los Apóstoles a Jesús, añádenos mas fe a la que ya tenemos, siento que la fe que vive desde mí, dentro, la fe de Israel es insuficiente, a esa fe tradicional han de añadirle algo mas para seguir a Jesús y ¿Quién mejor que Él para darles lo que les falta a su fe? Jesús les responde con un dicho, un tanto enigmático y misterioso: si tuvierais fe como un granito de mostaza diríais a ésta morera: arráncate de raíz y plántate en el mar y os obedecería. Los discípulos le están pidiendo una nueva dosis de fe, pero lo que necesitan no es eso, su problema consiste en que la fe autentica que hay en su corazón no llega ni a un granito de mostaza. Jesús viene a decirles que lo importante no es la cantidad de la fe, sino la calidad de la fe; un granito de mostaza, nada más. Que crezca en vuestro corazón una fe viva y eficaz para entendernos: una fe capaz de arrancar árboles como la higuera o sicomoros, símbolo de solidez y estabilidad; para plantarlos en medio del lago de galilea. 

Cuántas moreras y cuantos sicomoros tenemos los hombres clavados en el corazón y el Señor nos dice que, cuando tú tengas un granito de fe que sea casi como un polen, tendrás la fuerza para que la morera y todos esos problemas que tienes en el corazón, resulten sencillos de superar. Por eso San Pablo dice que el Señor no nos dado un espíritu de cobardía, de miedo. Es verdad que cuando no tienes un granito de mostaza, entonces, te puede venir un espíritu de cobardía, de miedo de asustarte, de taparte el crucifijo para que no digan que eres católico. de no santiguarte cuando sales de casa, esas cosas tan sencillas que hacían nuestros Padres. 
Yo me admiro de verdad, a lo mejor es un rito de superstición pero, me admito cuando un jugador se santigua al salir, yo pienso que debe ser un sudamericano, pero me da una alegria enorme porque eso es una señal de que tiene una granito de mostaza que no tienen miedo, no está acobardado.
Y el Papa Juan Pablo II decía: _Abrid el corazón a Dios. No tener el corazón cerrado porque entonces la fe sería una cosa ordinaria, una cosa sencilla.
Jesús es lo mejor que tenemos en la Iglesia y lo mejor que podemos ofrecer y comunicar al mundo de hoy, por eso nada hay mas urgente y decisivo para los cristianos que poner a Jesús en el centro del cristianismo, es decir, en el centro de nuestras comunidades y nuestros corazones.

Precisamente una comunidad, esta que ahora mismo está celebrando al eucaristía debería tener una amor mas inmenso, casi mas inmenso que el de la familia porque le esta uniendo algo que es mucho más que el apellido, le está uniendo el sacrificio de Jesucristo, su Sangre y esto tiene que hacer que estemos totalmente enamorados, totalmente unidos, totalmente abrazados a la Cruz. Pero todos y si alguno en algún momento esta débil, que el otro lo sepa decir: _Oye. que el Señor te ha dado un espíritu no de cobardía y te estás volviendo un poquito cobarde, así que, espabilate.

Jesús es lo mejor que tenemos en la Iglesia y lo mejor que podemos ofrecer y comunicar al mundo de hoy, el mundo de hoy tiene una enfermedad que es la ignorancia, el ateísmo, el miedo, la cobardía, nos pueden mucho mas los sufrimientos pero que no nos hagan una herida en nuestro corazón y nos acobardaren. 

Para ello necesitamos conocer de una manera mas viva y concreta, comprender mejor su proyecto, captar bien su intención de fondo sintonizar con Él, recuperar el fuego que Él encendió en sus primeros seguidores, contagiarnos de su pasión por Dios y su compasión por los suyos. Si no es así, nuestra fe seguirá más pequeña que un granito de mostaza; no arrancará árboles, ni plantará nada nuevo, sino que tendremos raíces por todo nuestro ser, sobre todo la intimidad de nuestro corazón estará llena de raíces y no podemos nunca arrancar esa morera que tanto nos pesa y nos puede.
De manera abrupta los discípulos de Jesús le hacen una petición vital: Aumentamos la fe. En otra ocasión le habían pedido: Enséñanos a orar. A medida que Jesús les descubre el proyecto de Dios y la tarea que les quiere encomendar, los discípulos sienten que nos les basta la fe que tenían desde niños. Para responder a su llamada necesitan una fe más robusta y vigorosa.

Necesitamos una fe que sea la fe en una persona, no en algo. Hay gente que dice _yo se que existe algo. Yo siempre les corrijo con alegria y claridad: _No algo. Alguien y alguien que ha muerto por ti y te quiere con locura. Por tanto, esto te tiene que servir para no tener miedo ante el pecado porque el puede salvarte quitar de ti la raíz negra del pecado y plantar, tal vez un bulbo de lirio para que podamos ir por la vida con la sonrisa de un niño en los labios.

Señor: auméntanos la fe, enséñanos que la fe no consiste en creer algo, sino en creer en Ti, Hijo Encarnado de Dios, para unirnos a tu Espíritu y déjanos alcanzar por tu Palabra, aprender a vivir de tu estilo de vida y seguir de cerca tus pasos. Solo tu eres quien inicia y consuma nuestra fe. Auméntanos la fe; danos una fe centrada en lo esencial, purificada de adherencias y añadidos postizos que nos alejan del núcleo de tu Evangelio.

Cuántos añadidos hemos hecho. Los fariseos, como sabéis, os lo han contado varias veces; tenían tantos añadidos a los diez mandamientos que los habían multiplicado en 633 y se volvían casi locos y los pobres pastores, los humildes y sencillos, sin cultura, no podían salvarse, (según los fariseos); porque no sabían esos preceptos y por eso, los fariseos, incluso dudan si Jesucristo se podía salvar y por eso le dicen: ¿cuál es el mandamiento principal? para ver si Jesucristo se enredaba en los 633 y no lo sabía y  Jesucristo, ¡qué maravilla! si era para que estuvieran locos con él, como lo reduce y lo pone en el centro de toda la ley: Amar al Señor con todas tus fuerzas con toda nuestra locura, llegar a ser cristiano hasta escandalizar. Decía San Bernardo: _quiero que mis monjes escandalicen de amor. pero nosotros, muchas veces no escandalizamos de amor a nadie, no damos un buen testimonio; sencillamente nos quedamos con algo y  una  fe, una tradición de niños... Todos estos niños que hay ahora aquí, si sus padres no le ayudan a quitar esa morera que hay en ellos, de una tradición _ Vamos a ir a misa. Hay que explicarle al niño por qué rezamos, porqué de una Tradición, darle una sentido a él porque venimos a misa y no lo vivimos. 

Qué bonito es cuando un niños se va a acostar y su madre o padre le dicen unas palabraitas de Jesús... la noche que ella o él no vayan, el niño los llamara porque verá que le hace falta el Dios que está en la boca de sus padres.
Auméntanos la fe, haznos vivir identificados con tu proyecto del reíno de Dios, colaborando con realismo y con visión en hacer la vida más humana como la quiere el Padre.
No tengamos miedo, vamos a enamorarnos plenamente del Señor, por encima de la visión de nuestros pecados, hacer hincapié en el pecado que tienes sería un pecado aun mas grande, eso sería el pecado mas terrible, sería un plátano de esos que están en las orillas de las carreteras, así sería el pecado que tendrías dentro si antes que fijarte en lo mucho que Dios te ama, te llegaras a considerar que no eres amado por Dios porque eres un pecador ... Tenemos que llegar a decir: Señor, a pesar de ese árbol de pecado que llevo dentro quiero que seas como el serrucho para que lo cortes, vamos a enamorarnos del Señor, no de algo, de cositas. Si, un día no puedo rezar el Rosario (voy a decir como una burrada pero quiero que lo entendáis en la esencia) porque lo que quiero es rogarle al señor con mis palabras: voy a hacerlo y si no consigo hacer los 5 misterios,no pasa nada, pero hago diez Aves Marías o tal vez un suspiro o una palabra de gratitud de alabanza con todo el amor, he rezado a la madre y a mi Padre con todo mi corazón, aunque ha sido solo una frase. He rezado a alguien vivo, no a un muerto, porque a Jesús lo resucito el Padre y a notros nos dio poder para estar con Él por tanto no tener miedo pedirle al Señor un granito e fe como una granito de mostaza en nuestra fe.


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