OCTUBRE
26
LA
EXTALTACIóN DE LA SANTA CRUZ
Una
realidad que a todos nos hecha para a tras pero que en Cristo nos alcanza la
salvación; pidamos al Señor que nos de fuerza y entereza para saberla llevar con
amor.
Homilía:
Padre
Carlos Jesús Pastor.
El Señor
va pasando por aquellos pueblos y aldeas, por aquellas personas que vivían en
oscuridad y el Señor Jesús les va descubriendo una cierta sabiduría para poder
vivir las cosas fundamentales. Se extraña Jesucristo que si tienen la sabiduría
para las cosas de la tierra y del cielo ¿cómo no tienen sabiduría para poder
vivir el tiempo presente. Y es que según Jesucristo el tiempo presente no es
para estar mirando a ver qué tiempo va
a hacer mañana, que nosotros los españoles estamos aficionados a eso, y
nos lo repiten cada tantos minutos en los medios. A eso no se refiere el
Evangleio, porque dedicarse a eso es perder el tiempo ¿qué es lo que nos está
diciendo el Señor a través de éste Evangelio?
“¿Como
no sabéis interpretar el tiempo presente?” el tiempo presente es para la
santificación, para vivir de cara a Dios y de cara al hermano, ayudándole en la
medida que podemos pero sobre todo hay una medida sin medida, a través de la
oración y de nuestros propios sacrificios. A lo mejor hay un límite, pero con
la oración y tu sacrificio, a lo mejor no hay límite; por eso pone el ejemplo
de éste hombre que tiene un pleito con otro y lo que busca Jesús es que
busques, cuanto antes, solución a ese pleito, no mediante el jaleo de los
trámites legales, sino que va a que se de cuenta del breve tiempo que uno tiene
y que lo mejor es ponerse a bien con aquél a quien hemos ofendido, para que,
solucionado ese enredo podamos entregarnos a lo que verdaderamente importa y
para eso contamos con el tiempo que cada uno posee y por eso dice Jesús que
“¿cómo no sabemos juzgar para nosotros mismos lo que se debe hacer?” y lo que se
debe hacer según la doctrina de Cristo es amar a Dios y a los hermanos y por
eso el Apóstol nos da una lección de cómo aprovechar ese tiempo. Sabéis que el
Apóstol pidió ser juzgado en Roma y como era ciudadano romano, por tanto libre, no lo metieron en la cárcel con los
demás presos sino que en concideración a a su nacionalidad romana le dan el
privilegio de poder estar prisionero en una casa particular. Estos días de
atrás hemos visto cómo el mayordomo del Papa que estaba ya a su servicio ha
sido juzgado, ¿ves como no se sigue todavía esa ley?. No se le ha permitido
entrar en la carcel con los presos comunes y hay que ver que ya muchos de
nosotros estábamos deseando a ver de qué manera satisfaceríamos nuestro sentido
de justicia viéndolo en una cárcel común... tenemos esto en nuestro corazón,
cuando no estamos con Dios nos deleitamos en esperar que se haga justicia al
modo humano y yo creo que no se ha hecho justicia porque al fin y al cabo, se
ha perdido un hermano. habría que ver la misericordia que hemos recibido de Dios
para entregarla a los hermanos y darles la oportunidad a muchos de ellos que
conozcan al Señor y se arrepientan; por eso San Pablo, desde su casa-cárcel,
está evangleizando, no le asusta la cruz.
Éste
misterio de la cruz, sabe el Apóstol que es una cruz aceptada por el Señor y el
amor le ha llevado a estar encaminado a manifestar ese amor que le da fuerza y
él como la mayoría de los santos en circunstancias dificilísimas tiene paz y aprovechan ese tiempo para dar gloria a
Dios. Ven en ésa situación cómo poder seguir evangelizando. sabéis que San
Pablo ese tiempo que pasó en esa casa custodiado, lo dedicó a seguir instruyendo
a los cristianos y sentía la necesidad de ver a ese discípulo de Cristo a quien
escribe para darle de ver la fuerza con que él estaba siendo fortalecido.
Claro, se lo pidió Pablo a Jesús pero Jesús se le manifestó y le dijo: “_mira,
Pablo, mi fuerza se realiza en la debilidad” y esta es la realidad: cuanto más
débiles, mas machacados, mas perseguidos, poco valorados, poco amados, poco
tenidos en cuenta; es cuando en ese momento y en ese ida, Dios hace posible el
milagro y en esa cruz que estas viviendo, no por parte de Dios, sino por parte
del pecado de algunos, o tuyo, sientas como Cristo que tu cruz es gloriosa
según la aceptes y alabes al señor.
Acordaros
como, también, Pedro y Pablo, estando en las cárceles con presos comunes,
cantaban salmos porque los sabían de memoria. Era una celebración de alabanza a
Dios y es de resaltar aquella memoria prodigiosa. Todo lo aprendían de la
Palabra de Dios, para los momentos difíciles y cómo el Señor se les hacía
presente a través de sus Ángeles. Por eso tenían lo claro... haber si nosotros
también tenemos clara ésta preciosa doctrina de Nuestro Señor Jesucristo.
Jesús,
por boca del Apóstol nos va transmitiendo ésta hermosa enseñanza:
“Ser
siempre humildes y amables, ser comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor
y esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vinculo de la paz”. Si
esto lo tenemos en práctica será fácil perdonarnos, tendernos una mano,
escucharnos, por eso nos habla aquí de estar unidos en un mismo Señor, una fe,
un bautismo, un Señor Padre de todos que lo trasciende todo...
Esto
que se habla tan escuetamente me hace pensar en esa “privacidad” que aveces...
no, digo, no viene bien: Amando a Dios no tienes privacidad porque, como decía
la Beata Teresa de Calcuta: “Mi tiempo no me pertenece, éste tiempo es de
Dios”. Una vez le perteneces a Dios, tu tiempo no te pertenece. No debes tener
esa privacidad porque tu vida tiene que estar en “el todo para Dios” sino, de
los contrario, vivimos enquencle nuestra fe.
Por eso
el Señor espera esa unidad que nos señala el salmo 23. “Éste es el grupo que
viene en tu presencia, Señor. ¿par que?: para darle gracias, porque lo estamos
aceptando todo por amor y porque nada ni nadie nos está amargando la
existencia, sabemos dónde acudir y acudimos a la fuente de gracia que es la
Santa Misa. Aquí es donde renovamos nuestras fuerzas y encontramos sentido a la
cruz; aquí es donde sentimos que el Señor nos abraza.
Vamos a
pedirle a la Virgen y a Jesús que nos ayude en medio de las situaciones que
cada un tiene, que el Señor nos conceda la gracia de no perder la paz y la
confianza en Aquél que nos ha llamado a ser Santos y que está con nosotros.
RESUMEN
DE LA LITURGIA DE LA PALABRA
1ª
LECTURA: Tomada de la Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios
Os
ruego que nadéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados; sed
humildes, amables y comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor. Una sola es
la esperanza a la que habéis sido convocados: Un Dios Padre de todos.
Salmo:
Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Evangelio:
Según
San Lucas:
Decía
Jesús a la Gente: “Hipocritas, si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y
el cielo ¿como no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Arregla
el pleito por le camino no sea que te metan a la cárcel y no salgas de allí
hasta que no hayas pagado hasta el ultimo centimo