Vamos a hacer esta reflexión en torno a la Palabra de Dios que hemos escuchado en ésta liturgia dominical. El mensaje de hoy tiene varios contenidos que trataremos de descubrir a la luz de las lecturas. La primera idea que queremos transmitir es que el ser humano necesita del Espíritu Santo para poder llevar a cabo las exigencias de su existencia. Por lo cual, pediremos la gracia para que el Señor nos libere de toda arrogancia que nos lleva a pensar que podemos todos solos y que nos de la luz que necesitamos para iluminar cada aspecto de nuestra vida.
También el Señor nos ilumina le corazón para que entendamos de qué manera debemos administrar nuestros bienes y finalmente hablaremos de lo que implica en nosotros el no cumplir la voluntad de Dios y profundizaremos sobre el escándalo a los pequeños o a los que creen en Cristo y a quienes desanimamos con nuestra oposición.
Intentaremos tocar todos estos temas
Vamos a empezar a hilar lo que sería el resumen y empezamos a partir de la primera lectura que nos muestra un texto del libro de los números cuyo protagonista es Moisés.
¿Cuál es la situación?
Voy a daros el marco de referencia para situarnos. Todos recordamos que el Señor escogió a Moisés para realizar una misión importante dentro del plan que Él tiene para con su pueblo. Se trataba de llevaros a la tierra de la promesa sacándolos de la esclavitud. Cuando iban por el desierto, dice la Palabra de Dios, que el Señor iba delante de ellos como columna de fuego en la noche y de día como nube y de vez en cuando esa nube se posaba en la tienda del encuentro, llamada así porque allí ocurría una reunión de El Señor con Moisés en donde le revelaba a Moisés la voluntad que Él deseaba para el pueblo. Así dicen las Escrituras que cuando Moisés salía de la tienda, su rostro se iluminaba; Se entiende que Dios le daba luz para el pueblo, luz para saber acertar en las decisiones.
Como eran miles los que iban con Moisés, (imagínenese si cada uno pretendía plantearle a Moisés sus problemas, imagínenese cómo estaría la cabeza de Moisés). Nosotros hemos hecho peregrinaciones y con setenta personas es muy difícil que todos estén contentos. Aveces en una casa son solo 8 y también se presenta el mismo problema.
...El pueblo quería todo ya. Y claro, tenían mareado a Moisés. Así que él se queja a Dios y le pide que le eche una mano, entonces El Señor le dice que escoja a setenta ancianos ¿por que? Porque los ancianos en la cultura de Israél son los que más entienden acerca de la vida porque tienen mayor experiencia. No es como nuestro planteamiento actual en el que los abuelos estorban. Actualmente se considera a los abuelos que son personas pesadas con eso de querer decirnos cómo hacer las cosas, los tildamos de innecesarios.
Aveces me dicen: “ Padre. Tengo un comportamiento ejemplar. Llevamos a nuestros abuelos a un lugar donde los miman mucho”... entonces no se dan cuenta que los desvinculamos de su misión en medio de nosotros. Eso es muestra, en nuestra cultura tan facilista e individualista, que estamos siendo egoístas y que no somos queremos estar por ellos cuando sabemos que ellos estuvieron por nosotros. Nuestros abuelos tienen un tesoro que es preciso. Ellos son dignos de ser escuchados porque ellos han vivido mas que nosotros.
Muy bien, vamos en setenta ancianos y dos se quedan por ahí, fuera de la reunión. Obviamente Moisés toma a otros dos y allí viene la nube que representa la presencia de Dios y tanto Moisés como los setenta recibieron el don del Espíritu Santo, así que empezaron a profetizar, lo que significa que ya no estaba solamente Moisés atendiendo las necesidades del pueblo. Ellos a través de la gracia intentaban iluminar al pueblo dando solución a los problemas de convivencia. Así que los dos que estaban por allí por fuera empezaron a profetizar y viene el joven, el hijo de Josúe y viendo la situación le dice a Moisés que haga algo porque esos dos no son de los suyos. Veamos cual es la diferencia mas notable entre un joven y un anciano: el anciano ha vivido muchas veces las experiencias de la vida que el Joven hasta ahora empieza a vivir y posee de ellas una lección, por lo que algo posee el anciano de sabiduría al respecto y el Joven es el que viéndose tan capacitado en su cuerpo casi sin estrenar, cree que tiene la sabiduría de repente, venida de no se donde para decirle a un anciano cómo es que se debe vivir. El Joven que va a Moisés llega a él desconociendo su sabiduría, queriendo decir que los únicos para recibir la gracia del Espíritu de Dios son los que pertenecen a ese circulo especifico y Moisés le dice que no es posible que condicionemos al Espíritu de Dios ¿Es que, de quién depende? ¿de nosotros o de Dios? Es una corrección, si Dios lo ha querido, si es su voluntad, aunque no estén con los nuestros, aunque no entren por nuestro aro también pueden ser tenidos en cuenta por Dios y también Dios tiene un Plan con ellos... es como decir que no son de nuestro grupo. ¿acaso no es bueno lo que hacen? ¿Acaso no es el fin ultimo lo que buscan? ¿por qué pierdes la paz? Hay una frase de alguien que dice que el Espíritu Santo también actúa incluso fuera de los limites visibles de la Iglesia.
Nosotros solemos encerrarnos en ése tipo de pensamientos y llegamos a escandalizarnos cuando vemos que otro hace algo que pensamos que es privilegio de alguien y lo leemos como un usurpación...
Voy a dar un ejemplo parroquial:
Resulta que llegamos a una parroquia cualquiera y vamos a hacer una pregunta y nos atiende la típica figura de la “párroca” y resulta que ella nos dice cómo tenemos que hacer las cosas y ante eso, normalmente ¿qué nos sale de dentro? “y quien es esta bruja? ¿Que se cree? Yo quiero hablar con el padre”_... ¿Acaso no podemos hacer un esfuerzo por comprender que muchos de los que están apoyando el trabajo parroquial pretenden el mismo fin?... Intentemos que todos persigamos el mismo fin y que no impidamos que nuestro corazón se cierre cuando Dios nos habla a través de personas que nos desconciertan porque las consideramos inferiores a nosotros. Si queremos escuchar la voluntad de Dios tenemos que tener la capacidad de no generar en nosotros grupismos y de no esquematizarnos y hacer acepción de personas. Cada realidad eclesial pretendida y querida por Dios no nos tiene que llevarnos a nosotros a situarnos en un plano de comparación ni de envidia porque unos y otros perseguimos el mismo fin. Que bueno sería que nos alegráramos por la riqueza de la Iglesia y ¿qué hacemos?: Rajamos los unos de los otros.. ¿qué tenemos que hacer?: Alegrarnos aunque ese bien no se produzca en nuestro propio grupo.
Esto pasa también en el Evangelio, cuyo protagonista es un Joven ¿que joven? Juan Evangelista. Se alarma que en nombre de nuestro Señor estén sanando y haciendo milagros ¿Cuántos pertenecían al grupo de los que seguían a Jesús?: 72. hagamos un ejercicio de relación bíblica con los de la primera lectutra. También fueron 72. Entendemos, entonces, que esos setenta y dos del Señor han recibido el Espíritu Santo; entonces éste grupo seguía al Maestro pero aparecen otros que en Nombre del Señor estaban haciendo el bien, ¿y qué le dice el Señor a Juan? Algo como: “Aun te falta experiencia, Juan. Si ellos no están en contra nuestra están a favor nuestro. No se lo impidaís”. Porque el fin fundamental es la salvación nuestra para la glorificacion de Cristo y esto nos invita a dejarnos conducir por el Espíritu Santo.
¿Eso se entiende?
¿Nos alegramos todos por el bien de los cristianos?.
Lo que debemos hacer es motivarnos unos a otros, nunca criticarnos los unos a los otros, eso no esta bien. Eso es un signo de escandalo.
Si en algo debemos hacer énfasis es en que debemos aportarnos riqueza los unos a los otros.
Ahora la expresión de la voluntad de Dios se nos manifiesta hoy en consideracion a los bienes materiales. Pero claro, aquí tenemos un problema todos, aquí podemos experimentar, por ejemplo, la conscupiciencia de los ojos que consiste en querer tener todo lo que nos llama la atención pensando que en ello está nuestra felicidad. Así, vemos en la tv que todos los que hablan por un samsung de ultima generación están felices y yo tengo un nokia de estos antiguos y creo que para ser feliz debo tener el samsug... así aparece en nosotros la codicia y vamos al centro comercial en donde vemos el “samsug” al lado de una chica en vikini, pues, la publicidad usa éstas cosas y creemos que los que tienen el “samsug” son más felices... pero pasa que esa felicidad luego se acaba... cuando yo pretendo alcanzar la felicidad en tener cosas, al tenerlas consecuentemente se acaba la felicidad. Con lo cual si una persona quisiera ser feliz queriendo tener, pues, se llena de cosas y con todo se mantiene vacía e insatisfecha. Hay un momento en que te das cuenta que por más que tengas, al final te queda un vacío que se transforma en desgracia y como lo que has albergado es codicia has extendido codicia a los tuyos y luego ellos se vuelven contra ti por lo que tu tienes.
¿Cuántos son capaces de odiar a su hermano de sangre con el fin de alcanzar mas bienes?.
Así que estamos envueltos en la envidia. ¿Pero eso llena el corazón?
Pues no. En cambio suscita cada vez mas infelicidad. Es eso lo que nos dice el Apostol Santiago el día de hoy. “¿No os habéis dado cuenta?, pretendéis acumular riquezas y lo único que conseguiréis es aumentar desgracias”
En la medida que nos ofrecemos mas, mas felices somos, la felicidad esta en darse, darse de corazón... la verdadera dádiva es dar nuestro corazón. Hay mucha gente que sin tener bienes se entrega a si misma y da consuelo. Vemos el sufrimiento de las personas, por ejemplo vemos en las noticias que muchos se han quedado sin techo a causa de las lluvias y decimos: “pobre gente” pero seguimos tal cual tumbados en el sofá ¿será que tenemos por lo menos la pequeña sencibilidad de orar por ellos? ¿O estamos pensando en el partido de fútbol y en seguir tumbados en el sofá viendo la tv?.
Es simplemente un pequeño gesto para quién al lado tuyo lo necesita y crean me: mucho se consigue orando.
Aveces nos engañamos y damos de lo que ya no sirve: sacamos la mesa coja de mi casa y soplados en sentimientos de ser buenos se la damos a un pobre y nos vamos al ikea a por la super mesa, aprovechando que el padre me dio el empujón. Damos de lo que nos sobra.
Hay que meditar el Evangelio en donde el Señor ensalza a la Viuda que da todo lo que tenía y el rico que dio de lo que le sobraba aunque a la vista de todos estuviera dando mas que la pobre viuda.
Los que están enganchados a los vicios deberían hacer ese ejercicio; recoger ese Euro del día y dárselo al prójimo que seguro le sacará mejor provecho. Eso es un ejercicio de verdadera liberación.
Y finalmente aparece la segunda parte del evangleio en la cual El Señor dice tres cosas fundamentales:
Dice que si alguno de vosotros da un vaso de agua a alguno que está por el evangelio tendrá su recompensa. Y eso es una obra de misericordia. Eso es lo que tenemos que atesorar.
¿Recordamos las 14 obras de misericordia? Son como nuestras acciones bancarias en el cielo. Si pido un examen: ¿lo contestáis correctamente?
Tarea: averiguar cuáles son las 14 obras de miserircordia que debemos practicar los cristianos.
El que escandalice a los pequeños que creen... ¿quién es el que escandaliza?: el que contradice la voluntad de Dios. ...Mas le valdría ponerse una piedra de molino en el cuello y tirarse al mar”. “Mas te valdría entrar manco, ciego, mudo... al Cielo que con el cuerpo completo al infierno... etc
Ejemplo: ¿Cuánto mal o bien hacemos a través de nuestras manos?: Los golpes, los robos, en fin, todas las cosas que nos apartan de Dios... aveces los pies nos llevan a sitios a los que no tenemos que ir...
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