Empezamos
esta reflexión en la Eucaristía dominical sin frailes ni monjas porque están todos ellos realizando sus ejercicios espirituales anuales. Esperemos que el próximo domingo los veamos a todos renovados en santidad y amor, dispuestos a
servir y a entregarse a los demás; eso es lo que esperamos y vamos a ver con que
nos encontramos dentro de ocho días.
Les
pido, como lo he pedido durante el transcurso de esta semana a los que nos
acompañan en la Misa cotidiana, del día a día, que recéis por todos y cada uno
de sus corazones. Les pido ese favor enorme: Rezar por los hermanos y las
hermanas.
Hoy el
tema de la Palabra de Dios es uno muy concreto: LA HUMILDAD pero vamos a darnos
cuenta que no es un tema sencillo para comprender lo que es la naturaleza de lo
que ésta virtud que es el fundamento solido en el cual se construye nuestra
casa espiritual ¿Qué quiere decir? _ que en la humildad es donde se sostienen
todas las virtudes cristianas. Es una virtud, por tanto, muy importante. De
hecho, la Palabra de Dios dice que “un corazón contrito y humillado, el
Señor no lo desprecia”. Es una Virtud que nos abre el tesoro del amor y la
misericordia de Dios y de alguna manera nos sitúa ante lo que realmente somos.
Teresa de Ávila alguna vez definió la humildad como andar en la verdad, lo cual
se traduce en ser conscientes que somos criaturas débiles, frágiles y que por
ende necesitamos continuamente la Gracia y la misericordia de Dios sobre cada
uno de nosotros. En eso consiste la Humildad: Sabernos pequeños y necesitados
del que puede otorgarnos todo lo necesario para la realización de nuestra vida
y ese es Dios.
En esa
base de lo que es la humildad vamos a releer los textos que nos ofrece hoy la
Palabra de Dios. En un primer texto nos encontramos con un libro sapiencial, el
libro Eclesiástico o de Siracida (aparece así en el Antiguo Testamento) En
estos libros de literatura sapiencial lo que intentamos es recoger la
experiencia de la sabiduría cotidiana como son los dichos que normalmente salen
de nuestros labios cuando, a lo largo de nuestros años vamos intentando y vamos comprendiendo un poco cómo hay que saber vivir. Alguien puede decir entre
nosotros un dicho muy popular tomado de la experiencia de la vida: “Haz el
bien sin mirar a quién” A lo mejor puede generar una buena sensación de
corazón y eso lo dice la experiencia; si tu estas buscando siempre la recompensa por lo que haces ¿qué te vas encontrar a lo largo de tu vida?, a veces una gran
desilusión; te vas a llevar muchos desaires. _Yo le le había hecho tanto bien a
esta persona y mire como esta persona me ha fallado.... haz el bien sin
mirar a quien. Hazlo con la recta intención del corazón de hacer el bien
sin esperar una respuesta a cambio y tu corazón estará liberado de esa
esclavitud basada en lo que te puedan responder y de hecho lo purificas de
cualquier interés. Eso es una máxima de la vida cotidiana.
Hoy
aparece una máxima al principio de éste texto: siempre que actúes, obres o
realices cualquier cosa en la vida hazlo siempre con humildad. ¿que sería lo
contrario a la humildad? _ la soberbia, el orgullo, la prepotencia.
Normalmente la persona que obra con soberbia, orgullo o prepotencia ¿qué
cosecha a su alrededor? Pensemos un poco si alguna vez hemos reaccionado con
orgullo, soberbia o prepotencia, ¿Qué produce eso en la persona que tienes en
frente de ti, en tu interlocutor? produce agresividad, de,
normalmente el orgullo llama al orgullo; dicen los autores espirituales; de tal
forma que si tu te tornas agresivo, de alguna manera la otra persona también va
a responder con agresividad.
Siempre
que procedas en la vida, siempre que hagas con cualquier cosa hazlo siempre con
humildad, no te pongas siempre por encima, intenta siempre llevar las cosas por
debajo; porque grande es la misericordia de Dios, grandes son las bendiciones
que Dios ofrece a quien teme un corazón humilde. Todo lo contrario al cínico
orgulloso y soberbio que normalmente lo que cosecha a su alrededor es
desgracia y por tanto, dice hoy el libro del eclesiástico ya no tiene solución,
ya no tiene remedio. Tu en cambio haz siempre las cosas de esta manera.
Pensemos si tenemos que aplicar esto en nuestra vida cotidiana implicaría que
todo lo debemos hacer siempre por debajo, siempre con fe. Por ejemplo cuando
tengo que dialogar con mi marido o con mi esposa, ¿como lo haces? ¿cómo le
trasmites un mensaje que le quieres trasmitir? ¿con malas maneras? No!... ya
empiezas mal, porque si quieres intentar una comunicación, para que la otra
persona se abra y escuche y pueda recibir lo que tu le quieres transmitir,
pues, es importante que lo hagas por debajo, abajándote, dándole a tu corazón
la posibilidad de poder albergar amor ne medio de esa conversación; porque si
obras con orgullo y le sacas las cosas con reproches y soberbia ¿qué te va a
decir tu esposa o esposo? ¿Te va a hacer caso? (la asamblea hace silencio) ¿el silencio es que se entiende bien o no se entiende?. _que se entiende, en
efecto. Normalmente, cuando obramos de esa manera y no tenemos en cuenta que
para corregir o transmitir un mensaje, para poder motivar que la otra persona
se de cuenta de alguna realidad, es importante que lo hagas consciente siempre
desde la humildad.
Aveces
nos cuesta posicionarnos ante esta realidad porque pensamos que si nos abajamos
estamos perdiendo y nos estamos rebajando, que nos estamos anulando
personalmente. A algunas personas les he hablado de este tema y les he dicho
que cuando quieran decirle algo a alguna persona empiecen por captar su
atención: _oye, mira, me parece fenomenal que hagas esto y lo otro y quizás, no
se si, a lo mejor yo me equivoque a lo mejor es mi juicio, pero, puede que
debas corregir este aspecto y este otro. Pero si vas un poco “desarmado”, pues,
lo mas probable es que la persona te escuche y al hacerlo, pueda tener en cuenta
lo que tu le estas transmitiendo en ese momento que puede ser para su bien,
pero aveces en aras de la verdad hacemos daño. Porque aveces hay personas que
dicen: _Padre, yo soy muy honesto y siempre digo la verdad, siempre digo lo que
pienso, siempre mantengo la verdad por delante: ¡Desgraciado!.
Perdóname:
¿de qué te sirve tener la verdad si la verdad exige por su propia naturaleza tener el ornato de la humildad, de la caridad? Sin esos adornos, la verdad
queda vacía de contenido, la verdad se convierte en un arma con la que le
puedes hacer daño a muchas personas. En realidad lo que no te estas dando
cuenta es que, cuando haces de la verdad un arma lo que haces es cultivar mucho
mas orgullo personal, incluso te crees mejor que los demás. Piensen en esas situaciones en las que tenemos que responder ante un error o una equivocación
por ejemplo se nos va el volante y nos pasamos la línea y al venir el otro,
frenamos sorpresivamente sobresaltándolo y el que pasa por delante nos insulta
¿qué hacemos nosotros? ¿reconocemos nuestro error? _oye, lo siento muchísimo...
o por lo contrario respondemos mal: _¡La Tuya la tuya!. Le respondemos de la
misma manera sin saber reconocer los errores. Es más, por orgullo, muchas veces
cuando en el trato con los menos experimentados tenemos que reconocer que nos
hemos equivocado ¿lo hacemos fácilmente? _ ¿Yo? Eso fue culpa de otros_
decimos y muchas veces no asumimos la responsabilidad de las cosas.
La base
del por qué se hace necesario en medio de la experiencia humana aprender a ir
por debajo, la base del por qué se respeta esto como una enseñanza de lo que es
la sabiduría existencial, por lo menos en el Pueblo de Israel, es porque ellos
se dan cuenta que tenemos una fuerte tendencia a reafirmarnos a nosotros
mismos.
Algunas
veces el Papa Bendicto XVI, hablando sobre ésta situación que está presente en
nosotros decía que es como si el mal habitara en nosotros, es una condición cuasi-natural todos aquí tendemos a ser egoístas y orgullosos, todos tendemos a
mirar las cosas como si fuéramos el ombligo del mundo, todo tiene que girar a
nuestro al rededor por eso imponemos criterios, hacemos lo que queremos y nos
cuesta muchísimo aceptar que alguien nos guíe, nos ayude y nos plantee como
tener que hacer las cosas _¡si yo lo se todo!.
Eso
esta presente en nosotros como una herida ¿donde está esa herida? Para
reconocer la naturaleza de esa herida tenemos que irnos hacia los primeros capítulos del Libro del Génesis, en el Capítulo 3. en donde se nos revela que en
un determinado momento nuestros primeros Padres, Adán y Eva, desobedecieron al
Señor; quisieron ser auto-suficientes no depender del Señor y como consecuencia
de ese acto de autosuficiencia sobrevino la concupiscencia un desorden que nos
lleva a que siempre estemos replegando las cosas en nosotros mismos. Eso exige,
dice San Pablo en las cartas, que nosotros mantengamos un combate continuo
contra la carne, la carne siempre tiende a ir hacía si misma. Con este combate
aprendemos a ofrecernos y a entregarnos a los demás ne la base fundamental de
nuestra vocación que es el amor. Para amar es importante abajarse. El Amor sin
humildad no es un amor verdadero porque un amor (dice la carta a los Corintios)
el amor verdadero que nos transmite Dios es una amor que todo lo aguanta,
todo lo soporta, todo lo perdona... Y Ante cada una de esas palabras
nuestro orgullo grita: _¡pues no, y no y no!. Entonces Dios, que es un Padre
que siempre quiere lo mejor para nosotros, viendo que tenemos una enorme dificultad para llevar a cabo ese proyecto, intenta acrecentar en nosotros esa
virtud tan importante.
Supongan
que tuviéramos en nosotros la capacidad de hacernos humildes nosotros solos,
aplicaríamos todas las herramientas y ¿qué creeríamos?
_¡Ah!
Ya somos humildes.
¿como
estaríamos en esos momentos?
_Llenos
de vanagloria y orgullo.
No
funciona así. No podemos otorgarnos a notros mismos esa virtud, esa virtud la
trabaja única y exclusivamente Dios en nosotros a través de la Gracia, el Don
del Espíritu Santo presente en la vida de la Iglesia.
¿y cómo
se trabaja esa virtud? Porque alguno dirá, vamos a aceptar el consejo que nos
da hoy el sabio del libro del Eclesiástico
_¿que
tengo que hacer?
No.
Tienes que dejarte hacer. Porque a partir de ese momento, todas las
circunstancias que generan en ti rechazo, agresividad irascibilidad
prepotencia, auto-afirmación en todas y cada una de estas realidades Dios
estará trabajando tu orgullo y espera de ti una respuesta humilde.
Te la
puedes encontrar aquí mismo, saliendo del santuario, me refiero a una prueba de
humildad.
A lo
mejor estamos aquí, ya el Padre me ha convencido, le voy a Pedir al Señor
que haga mi corazón manso y humilde
como el suyo y le diré al Señor: _ ¡Humíllame!. Salgo de aquí y encuentro que hay
otro coche que impide que salga el mío ¿voy a tener la humildad de manejar la situación añadiendo que tengo hambre y además el cura se extendió demasiado en
la misa, con el agravante que me están esperando en casa?
_¿a
quien se le ocurrió poner ese coche ahí, es que no piensa? ¿le faltan tres
dedos de frente, neuronas? ¡Yo tengo que salir! Y ya, estoy transformado y
¿dónde quedó el propósito de la misa ¿no que ibas a ser humilde y tienes en
este momento una maravillosa oportunidad para empezar a serlo?
¡cuantas
situaciones, cuantas realidades en nuestra vida cotidiana nos invitan a tener
una respuesta de abajamiento!. Todo el tiempo y constantemente, en esa medida
misma podemos aprender a reconocer nuestras resistencias.
¿o no
se dan cuenta como nos resistimos, como nuestra carne: ¡No _dice. _No me dejo!?
¿y que sigue haciendo Dios? Entre más te intentes afirmar, Dios más cierra el
torniquete.
Lo que
el Señor manifiesta es que, ante nuestra resistencia, Él más trabaja ¿por qué
lo hace? Porque nos ama y porque quiere que realmente comprendamos que en ese
camino al cual Él nos a llamado, tenemos que ir con la cabeza agachada.
Dilema
existencial bastante grande:
_Padre.
Y cuando yo voy con la cabeza agachada y encima viene otro mi me la agacha más.
¿qué debemos hacer frente a esa circunstancia? Para poder explicarte esto y
entender la resistencia que produce en nosotros la injusticia que estas
viviendo en esos momentos hay que ver que primero que todo nosotros no
aceptamos las injusticias pero estamos llamados asumirlas, a aceptarlas ¿que quiere decir eso? No quiere decir
que yo no entienda que esa acción es por sí misma mala, pero Dios está por
encima de aquella persona que obra la injusticia y esta parte de esa realidad,
Dios de un mal saca un bien y ¿cual es el bien que está obrando en nosotros en
ese momento? ¿a qué nos obliga? A que participamos de algo por lo cual ya pasó
su Hijo y que concite en un abajamiento, una condescendencia que no conoce
limites. ¿en quién encuentra consuelo la persona que enfrenta lo que tu me
estas preguntando? _ En Jesucristo. Esa fue su vida fundamentalmente,
Jesucristo desde que vino a éste mundo fue trabajado en esa virtud, porque es
el Hijo de Dios, el Unigénito el amado del Padre y cuando viene a este mundo a
cumplir con la promesa del Mesías que había de venir al mundo, no lo envía al
Palacio de Jerusalem.
_Y le
hubiera preparado lo mejor, no ves que es mi hijo.
¿vosotros
que haríais si tuvieseis que enviar a vuestro hijo o hija a estudiar o vivir
en otra ciudad? ¿no os preocuparíais por darle lo mejor? Pues el Padre
Celestial le preparó las mejores condiciones para venir a este mundo: les
cerraron todas las puertas de las posadas de Jerusalem y lo único que encontró
fue un pesebre, pajas y el aliento de los animales y toda la vida de Jesús va a
estar continuamente enriquecida y adornada por la virtud de la Humildad. Porque
él siempre va a hacerse humilde y pequeño. Fue la gran enseñanza que les dio a
los Apóstoles cuando se puso un delantal y una toalla y les lavó los pies a
ellos y les dijo: “haced vosotros lo mismo, si yo soy el Maestro y el Señor
y os lavo los pies, significa que también vosotros tenéis que hacer lo mismo:
abajaos. Humillaos” La Carta a los Filipenses dice: “Cristo, no haciendo
alarde de su categoría de Dios se anonadó, condescendió, pasó por uno de
tantos, como un hombre cualquiera”. Hay si nosotros fuéramos “el Hijo de
Dios”:
_Usted
no sabe quién soy yo?
Porque
nosotros intentamos darle consistencia a nuestra vida personal basados en lo
que hacemos. Muchas veces la gente se presenta: _Mucho gusto, soy Daniel
Matínez, presidente del banco tal de Murcia.... Marqués señor y dueño de mi
casa. De alguna manera tengo que hacer resonar que soy alguien importante
porque me tengo que reafirmar en lo que hago par darle consistencia a lo que
soy, cosa que es un error muy grave; porque somos lo que somos y nuestra
dignidad hunde sus raíces en la filiación divina. Somos Hijos de Dios y por eso
no hay alguien que pueda decir que es mejor que otros porque todos hemos
recibido esa misma dignidad y a pesar de que hayan trabajamos más humildes,
esas personas también son hijos de Dios. No hay diferencia.
Entonces
el Señor para ayudarnos a comprender esta actitud, nos habla de una cena y en
ella Él se da cuenta que todos los que están allí buscan los primeros puestos, intentan
hacerse los más importantes, es un poco la afirmación de la que estamos
hablando. Entonces Él les pone en ejemplo de la persona que siendo invitada a
un banquete, se sienta en los primeros puestos queriendo parecer importante y
resulta que lo hacen levantar para ir al ultimo porque hay alguien más
importante que él, quedando humillado públicamente Es lo que el Señor les dice
a los altivos, lo que hace normalmente es que los abaja y los sitúa en su
verdadero lugar, mientras que a los pequeños y humildes los lleva a los
primeros puestos y sería distinta la experiencia en comparación a quien es
enviado al ultimo lugar.
Muy
importante y por eso tenemos que acercarnos con un corazón contrito y
humillado a la presencia de Dios y aprender de eso que el Señor trabaja en
nosotros para que eso sea la base de la relación con los otros y no el orgullo
y la soberbia. La humildad, el trabajo noble y amoroso que Dios realiza en
nuestros corazones.
Les
digo algo: no se resistan a la acción del Espíritu Santo, en cuanto mas
resistencia mayor es la prueba. Hay personas que no lo comprenden y endurecen
su corazón
_¡que
no!
Se
cierran ahí y en cuanto mas cerrados estamos, mayor es el trabajo de Dios, mas
nos quita seguridades porque el quiere que llegues a un punto en que le digas
al Señor: _Vale, Señor, me has vencido, has sido mas fuerte que yo; está bien,
vamos a hacer las cosas a tu manera.
Aveces
tardamos mas o menos en entender esta pedagogía con la que Dios quiere
establecer en nosotros el crecimiento de una semilla que ha sido sembrada en
nosotros, que es la del evangelio y que quiere producir en notros frutos
abundantes. ¿cuantas personas aquí han trabajado en el campo? _casi todos.
¿saben como se llama la ultima capa de la tierra que es donde está el material
orgánico, en donde normalmente comprendemos que es la capa adecuada para que la
semilla pueda podrirse y pueda germinar, alimentarse y producir vida? Se llama
Humus y de ahí viene la palabra humildad. ¿que hay en ese estrato de
suelo? Todo lo orgánico que se está pudriendo. Curiosamente uno podría decir
que en medio de esa podredumbre germina la vida. ¿recuerdan lo que dijo el
Señor acerca del grano del trigo que cae en tierra y muere? Si el grano de
trigo cae en tierra y muere, germina, florece, produce fruto. Esto se refiere a
la humildad.
“el que
se enaltece será humillado, pero el que se humille será enaltecido” se produce
un efecto maravilloso, la presencia de la cruz en la vida. Así que no debemos
experimentar temor ante este trabajo, ante su yugo suave y su carga ligera No
estamos aquí como los israelitas del antiguo testamento (dice la carta a los
hebreos) que para acercarse al Dios vivo tenían que acercarse a la montaña
santa, al monte Sinaí, al fuego llameante, a los nubarrones al Dios escondido
y tremendo hasta el punto que dijeron _no nos hables mas porque nos asustas,
nos das miedo. La carta a los hebreos compara esta situación con el hecho
actual de la nueva alianza, pues ahora nos acercamos a un Mediador, Nuestro
Señor Jesucristo, mediador de la Nueva Alianza y que se acerca a nosotros no
para juzgarnos, sino para ofrecernos su amor, su vida, para que nuestra propia
vida pueda florecer. Para que seamos unidos a los justos que participan de su jerusalem celestial (según el texto que hemos escuchado) Para entrar a ese
monte ¿cómo hay que entrar? _con la cabeza agachada.
Los
monjes orientales, en las Iglesias de la cortina de Hierro hacia el éste. Estos
monjes normalmente construían sus habitaciones con las puertas bajas, de unos 80 centímetros de altura y obligaban siempre a entrar agachados. Para ellos es un
signo de lo que hoy la liturgia de la Iglesia nos pide ¿quien nos ha precedido en esto? Jesús Por tanto para quien le resulta pesado el trabajo de la
humildad ya sabe quien lo entiende, le da consuelo y lo fortalece. El Señor. Porque para nosotros es un tarea humanamente hablando, imposible. Necesitamos
que la Gracia de Dios venga en nuestro auxilio y podamos llevar a cabo esa tarea Hay que abrirse a la acción de la gracia. Un alma humilde se sabe
necesitada de Dios y como tal ora y no se empieza a plantear medios para
hacerse humilde., primero se reconoce criatura. Eso es una actitud básica de
humildad como ponerse de rodillas ante el misterio de Dios, con ese gesto se
reconocer criatura y reconoce que necesita del Señor. Por eso la oración es una
escuela de humildad para nosotros. ¿Cuanto oramos? ¿cuantas veces hacemos las
cosas por nosotros mismos?
_¡voy a
hacer esto y aquello!
Primero,
¿por qué no te pones en manos de Dios?
_Señor.
Te pido por este proyecto que quiero realizar....
Quizas,
si contamos con el Señor, podemos contar con mejores herramientas y podremos
llevar a mejor fruto las acciones que queremos realizar.
Nunca pensemos que cansaríamos al Señor pidiéndole todo porque a Él le encanta ser Dios.
¿que
más cosas nos ayudan en la humildad? _ Aprender a escuchar
No
escuchamos, la comunicación entre las personas carece de capacidad de escucha y
de silencio interior para recibir lo que otro nos quiere transmitir porque
vamos siempre a la defensiva. Hay que saber escuchar para aprender a ser
humildes.
¿que
otros remedio son buenos para la humildad?
_Hacer
actos en cada una de esas circunstancia concretas en las que experimentamos una
provocación en el orgullo. hay que saber decir una jaculatoria en algún
momento: _Señor: haz mi corazón semejante al Tuyo.
Esta
semana que pasó celebramos la memoria de Santa Mónica de la que su hijo no
cuenta que su marido era un patán mujeriego, pagano y resulta que por su
caracter tosco casi siempre estaba tratando sin caridad a Mónica. Todas las
amigas veían cómo le hablaba a Mónica y le reprochaban el que ella no le
respondiera y ella les decía que para pelear se necesitan dos. Esa frase
es de ella.
Hasta
que punto, nosotros nos dejamos provocar por el orgullo. es que es casi inevitablemente nuestro orgullo sale ¿que tenemos que hacer?: recogerlo. A lo
mejor tengas que decir constantemente la jaculatoria: Señor, haz mi corazón
semejante al tuyo y así bajarnos utilizando el amor como nuestra mejor
herramienta. Nuestra mejor arma. Dice la Iglesia: no es la violencia la que
consigue los mejores resultados sino el amor y para amar hay que abajarse.
¡cuántas
conversiones han causado tantos cristianos que en lugar de conocer las provocaciones lo que hacen es amar!
¿conocen
la Historia de María Goretti? Fue una niña que decidió defender su virginidad y
su abusador decidió apuñalarla ante la defensa que ella puso de por medio. En
medio de su lecho de muerte, en medio de su agonía le pide con el razón a su
Madre que perdone al agresor Su madre, en el momento de la declaración del
proceso de beatificación por las virtudes heroicas en publico desdió perdonar al agresor de su hija. Éste se encontraba en ese momento en la cárcel pagando la pena por su acto y cuando escuchó el perdón de la madre de la niña,
su corazón se rompió, diluyéndose esa dureza del corazón al escuchar ese acto
de humildad.
¿a que
nos llevaría el orgullo? _a la venganza. Lo que ella hizo fue perdonar y escuchó
la suplica de su hija que desde el cielo, quizás imploró la gracia del perdón y
esa acción humilde hizo que ése hombre, que prácticamente tenia perdida su
alma, un asesino, preso en una cárcel y con todo el Señor le permite abrir el
corazón, aceptó el evangelio traído por los franciscanos que visitaban las cárceles en aquel momento, se convirtió y ha muerto en olor de santidad;
llevando una vida cristiana comprometida, haciendo el bien a su prójimo y todo
gracias a un acto de humildad heroico ¿quien ha realizado este acto profundo de
amor y humildad primero? _Cristo y junto con Él, la Santísima Virgen. ¿Alguien no se pregunta por qué María no se cargó a tres o cuatro romanos durante el viacrucis ¿por qué María no tomó ninguna represalia o venganza frene a la
injusticia cometida a su hijo? ... porque, vale, uno puede decir: _que me lo
hagan a mi pero que no se metan con una persona que es amada o importante en nuestras vidas. Si esto ocurriera nos saldría lo peor de nosotros mismos y son
embargo, la Virgen María aceta todo y se une a la misión de su Hijo por
nosotros. “El poderoso ha hecho obras grandes en mí porque ha mirado la
humillación de su esclava” se hizo humilde, pequeña, arcilla en las manos de
Dios.
Vamos a
pedirle esta gracia extraordinaria a Dios. Porque hoy en día al dirigir nuestra
morada hacia la humildad nos toca reconocer que Jesucristo es el único maestro
autorizado para concederla. Así que no podemos decir entre nosotros: mira,
haced todo lo que hace fulanito o sutanito. Ninguno de nosotros somos maestros
de la humildad porque todos aquí somos orgullosos. Como se dice vulgarmente:
todos cortados por la misma tijera. Aceptar esto sería algo bueno en este
domingo. Aceptar que muchas veces quiero tener la razón me impongo y soy auto-suficiente eso sería una gran medicina para empezar a aceptar con gozo el
trabajo de las humillaciones. Lo vamos a intentar pidiendo la gracia para que
en nosotros crezca y germine la vida del amor a ejemplo de Jesucristo que
recorrió este camino acompañado de la Virgen que también anima.
Todo lo
que siembra la humildad a nuestro al rededor es extraordinario los frutos que produce la humildad son de vida eterna, la humildad lleva al perdón y a la reconciliación, a la unidad y a la comunión. Frutos de vida eterna.
¿tenemos
trabajo en casa? Desde ahí hagámoslo extensivo al mundo en que estamos viviendo
y como ese mundo es muy superficial, lo normal es que nos encontremos con
muchas situaciones propias para crecer en humildad.
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