miércoles, 11 de septiembre de 2013

HUMUS: TIERRA FECUNDA

Empezamos esta reflexión en la Eucaristía dominical sin frailes ni monjas porque están todos ellos realizando sus ejercicios espirituales anuales. Esperemos que el próximo domingo los veamos a todos renovados en santidad y amor, dispuestos a servir y a entregarse a los demás; eso es lo que esperamos y vamos a ver con que nos encontramos dentro de ocho días.
Les pido, como lo he pedido durante el transcurso de esta semana a los que nos acompañan en la Misa cotidiana, del día a día, que recéis por todos y cada uno de sus corazones. Les pido ese favor enorme: Rezar por los hermanos y las hermanas.

Hoy el tema de la Palabra de Dios es uno muy concreto: LA HUMILDAD pero vamos a darnos cuenta que no es un tema sencillo para comprender lo que es la naturaleza de lo que ésta virtud que es el fundamento solido en el cual se construye nuestra casa espiritual ¿Qué quiere decir? _ que en la humildad es donde se sostienen todas las virtudes cristianas. Es una virtud, por tanto, muy importante. De hecho, la Palabra de Dios dice que “un corazón contrito y humillado, el Señor no lo desprecia”. Es una Virtud que nos abre el tesoro del amor y la misericordia de Dios y de alguna manera nos sitúa ante lo que realmente somos. Teresa de Ávila alguna vez definió la humildad como andar en la verdad, lo cual se traduce en ser conscientes que somos criaturas débiles, frágiles y que por ende necesitamos continuamente la Gracia y la misericordia de Dios sobre cada uno de nosotros. En eso consiste la Humildad: Sabernos pequeños y necesitados del que puede otorgarnos todo lo necesario para la realización de nuestra vida y ese es Dios.

En esa base de lo que es la humildad vamos a releer los textos que nos ofrece hoy la Palabra de Dios. En un primer texto nos encontramos con un libro sapiencial, el libro Eclesiástico o de Siracida (aparece así en el Antiguo Testamento) En estos libros de literatura sapiencial lo que intentamos es recoger la experiencia de la sabiduría cotidiana como son los dichos que normalmente salen de nuestros labios cuando, a lo largo de nuestros años vamos intentando y vamos comprendiendo un poco cómo hay que saber vivir. Alguien puede decir entre nosotros un dicho muy popular tomado de la experiencia de la vida: “Haz el bien sin mirar a quién” A lo mejor puede generar una buena sensación de corazón y eso lo dice la experiencia; si tu estas buscando siempre la recompensa por lo que haces ¿qué te vas encontrar a lo largo de tu vida?, a veces una gran desilusión; te vas a llevar muchos desaires. _Yo le le había hecho tanto bien a esta persona y mire como esta persona me ha fallado.... haz el bien sin mirar a quien. Hazlo con la recta intención del corazón de hacer el bien sin esperar una respuesta a cambio y tu corazón estará liberado de esa esclavitud basada en lo que te puedan responder y de hecho lo purificas de cualquier interés. Eso es una máxima de la vida cotidiana.
Hoy aparece una máxima al principio de éste texto: siempre que actúes, obres o realices cualquier cosa en la vida hazlo siempre con humildad. ¿que sería lo contrario a la humildad? _ la soberbia, el orgullo, la prepotencia. Normalmente la persona que obra con soberbia, orgullo o prepotencia ¿qué cosecha a su alrededor? Pensemos un poco si alguna vez hemos reaccionado con orgullo, soberbia o prepotencia, ¿Qué produce eso en la persona que tienes en frente de ti, en tu interlocutor? produce agresividad, de, normalmente el orgullo llama al orgullo; dicen los autores espirituales; de tal forma que si tu te tornas agresivo, de alguna manera la otra persona también va a responder con agresividad.
Siempre que procedas en la vida, siempre que hagas con cualquier cosa hazlo siempre con humildad, no te pongas siempre por encima, intenta siempre llevar las cosas por debajo; porque grande es la misericordia de Dios, grandes son las bendiciones que Dios ofrece a quien teme un corazón humilde. Todo lo contrario al cínico  orgulloso y soberbio que normalmente lo que cosecha a su alrededor es desgracia y por tanto, dice hoy el libro del eclesiástico  ya no tiene solución, ya no tiene remedio. Tu en cambio haz siempre las cosas de esta manera. Pensemos si tenemos que aplicar esto en nuestra vida cotidiana implicaría que todo lo debemos hacer siempre por debajo, siempre con fe. Por ejemplo cuando tengo que dialogar con mi marido o con mi esposa, ¿como lo haces? ¿cómo le trasmites un mensaje que le quieres trasmitir? ¿con malas maneras? No!... ya empiezas mal, porque si quieres intentar una comunicación, para que la otra persona se abra y escuche y pueda recibir lo que tu le quieres transmitir, pues, es importante que lo hagas por debajo, abajándote, dándole a tu corazón la posibilidad de poder albergar amor ne medio de esa conversación; porque si obras con orgullo y le sacas las cosas con reproches y soberbia ¿qué te va a decir tu esposa o esposo? ¿Te va a hacer caso? (la asamblea hace silencio) ¿el silencio es que se entiende bien o no se entiende?. _que se entiende, en efecto. Normalmente, cuando obramos de esa manera y no tenemos en cuenta que para corregir o transmitir un mensaje, para poder motivar que la otra persona se de cuenta de alguna realidad, es importante que lo hagas consciente siempre desde la humildad.
Aveces nos cuesta posicionarnos ante esta realidad porque pensamos que si nos abajamos estamos perdiendo y nos estamos rebajando, que nos estamos anulando personalmente. A algunas personas les he hablado de este tema y les he dicho que cuando quieran decirle algo a alguna persona empiecen por captar su atención: _oye, mira, me parece fenomenal que hagas esto y lo otro y quizás, no se si, a lo mejor yo me equivoque  a lo mejor es mi juicio, pero, puede que debas corregir este aspecto y este otro. Pero si vas un poco “desarmado”, pues, lo mas probable es que la persona te escuche y al hacerlo, pueda tener en cuenta lo que tu le estas transmitiendo en ese momento que puede ser para su bien, pero aveces en aras de la verdad hacemos daño. Porque aveces hay personas que dicen: _Padre, yo soy muy honesto y siempre digo la verdad, siempre digo lo que pienso, siempre mantengo la verdad por delante: ¡Desgraciado!.
Perdóname: ¿de qué te sirve tener la verdad si la verdad exige por su propia naturaleza tener el ornato de la humildad, de la caridad? Sin esos adornos, la verdad queda vacía de contenido, la verdad se convierte en un arma con la que le puedes hacer daño a muchas personas. En realidad lo que no te estas dando cuenta es que, cuando haces de la verdad un arma lo que haces es cultivar mucho mas orgullo personal, incluso te crees mejor que los demás. Piensen en esas situaciones en las que tenemos que responder ante un error o una equivocación  por ejemplo se nos va el volante y nos pasamos la línea y al venir el otro, frenamos sorpresivamente sobresaltándolo y el que pasa por delante nos insulta ¿qué hacemos nosotros? ¿reconocemos nuestro error? _oye, lo siento muchísimo... o por lo contrario respondemos mal: _¡La Tuya la tuya!. Le respondemos de la misma manera sin saber reconocer los errores. Es más, por orgullo, muchas veces cuando en el trato con los menos experimentados tenemos que reconocer que nos hemos equivocado  ¿lo hacemos fácilmente?  _ ¿Yo? Eso fue culpa de otros_ decimos y muchas veces no asumimos la responsabilidad de las cosas.
La base del por qué se hace necesario en medio de la experiencia humana aprender a ir por debajo, la base del por qué se respeta esto como una enseñanza de lo que es la sabiduría existencial, por lo menos en el Pueblo de Israel, es porque ellos se dan cuenta que tenemos una fuerte tendencia a reafirmarnos a nosotros mismos.
Algunas veces el Papa Bendicto XVI, hablando sobre ésta situación que está presente en nosotros decía que es como si el mal habitara en nosotros, es una condición cuasi-natural  todos aquí tendemos a ser egoístas y orgullosos, todos tendemos a mirar las cosas como si fuéramos el ombligo del mundo, todo tiene que girar a nuestro al rededor  por eso imponemos criterios, hacemos lo que queremos y nos cuesta muchísimo aceptar que alguien nos guíe, nos ayude y nos plantee como tener que hacer las cosas _¡si yo lo se todo!.
Eso esta presente en nosotros como una herida ¿donde está esa herida? Para reconocer la naturaleza de esa herida tenemos que irnos hacia los primeros capítulos del Libro del Génesis, en el Capítulo 3. en donde se nos revela que en un determinado momento nuestros primeros Padres, Adán y Eva, desobedecieron al Señor; quisieron ser auto-suficientes  no depender del Señor y como consecuencia de ese acto de autosuficiencia sobrevino la concupiscencia  un desorden que nos lleva a que siempre estemos replegando las cosas en nosotros mismos. Eso exige, dice San Pablo en las cartas, que nosotros mantengamos un combate continuo contra la carne, la carne siempre tiende a ir hacía si misma. Con este combate aprendemos a ofrecernos y a entregarnos a los demás ne la base fundamental de nuestra vocación que es el amor. Para amar es importante abajarse. El Amor sin humildad no es un amor verdadero porque un amor (dice la carta a los Corintios) el amor verdadero que nos transmite Dios es una amor que todo lo aguanta, todo lo soporta, todo lo perdona... Y Ante cada una de esas palabras nuestro orgullo grita: _¡pues no, y no y no!. Entonces Dios, que es un Padre que siempre quiere lo mejor para nosotros, viendo que tenemos una enorme dificultad para llevar a cabo ese proyecto, intenta acrecentar en nosotros esa virtud tan importante.
Supongan que tuviéramos en nosotros la capacidad de hacernos humildes nosotros solos, aplicaríamos todas las herramientas y ¿qué creeríamos?
_¡Ah! Ya somos humildes.
¿como estaríamos en esos momentos?
_Llenos de vanagloria y orgullo.
No funciona así. No podemos otorgarnos a notros mismos esa virtud, esa virtud la trabaja única y exclusivamente Dios en nosotros a través de la Gracia, el Don del Espíritu Santo presente en la vida de la Iglesia.
¿y cómo se trabaja esa virtud? Porque alguno dirá, vamos a aceptar el consejo que nos da hoy el sabio del libro del Eclesiástico
_¿que tengo que hacer?
No. Tienes que dejarte hacer. Porque a partir de ese momento, todas las circunstancias que generan en ti rechazo, agresividad  irascibilidad  prepotencia, auto-afirmación  en todas y cada una de estas realidades  Dios estará trabajando tu orgullo y espera de ti una respuesta humilde.
Te la puedes encontrar aquí mismo, saliendo del santuario, me refiero a una prueba de humildad.
A lo mejor estamos aquí, ya el Padre me ha convencido, le voy a Pedir al Señor que  haga mi corazón manso y humilde como el suyo y le diré al Señor: _ ¡Humíllame!. Salgo de aquí y encuentro que hay otro coche que impide que salga el mío ¿voy a tener la humildad de manejar la situación añadiendo que tengo hambre y además el cura se extendió demasiado en la misa, con el agravante que me están esperando en casa?
_¿a quien se le ocurrió poner ese coche ahí, es que no piensa? ¿le faltan tres dedos de frente, neuronas? ¡Yo tengo que salir! Y ya, estoy transformado y ¿dónde quedó el propósito de la misa ¿no que ibas a ser humilde y tienes en este momento una maravillosa oportunidad para empezar  a serlo?
¡cuantas situaciones, cuantas realidades en nuestra vida cotidiana nos invitan a tener una respuesta de abajamiento!. Todo el tiempo y constantemente, en esa medida misma podemos aprender a reconocer nuestras resistencias.
¿o no se dan cuenta como nos resistimos, como nuestra carne: ¡No _dice. _No me dejo!? ¿y que sigue haciendo Dios? Entre más te intentes afirmar, Dios más cierra el torniquete.
Lo que el Señor manifiesta es que, ante nuestra resistencia, Él más trabaja ¿por qué lo hace? Porque nos ama y porque quiere que realmente comprendamos que en ese camino al cual Él nos a llamado, tenemos que ir con la cabeza agachada.
Dilema existencial bastante grande:
_Padre. Y cuando yo voy con la cabeza agachada y encima viene otro mi me la agacha más. ¿qué debemos hacer frente a esa circunstancia? Para poder explicarte esto y entender la resistencia que produce en nosotros la injusticia que estas viviendo en esos momentos hay que ver que primero que todo nosotros no aceptamos las injusticias pero estamos llamados  asumirlas, a aceptarlas ¿que quiere decir eso? No quiere decir que yo no entienda que esa acción es por sí misma mala, pero Dios está por encima de aquella persona que obra la injusticia y esta parte de esa realidad, Dios de un mal saca un bien y ¿cual es el bien que está obrando en nosotros en ese momento? ¿a qué nos obliga? A que participamos de algo por lo cual ya pasó su Hijo y que concite en un abajamiento, una condescendencia que no conoce limites. ¿en quién encuentra consuelo la persona que enfrenta lo que tu me estas preguntando? _ En Jesucristo. Esa fue su vida fundamentalmente, Jesucristo desde que vino a éste mundo fue trabajado en esa virtud, porque es el Hijo de Dios, el Unigénito  el amado del Padre y cuando viene a este mundo a cumplir con la promesa del Mesías que había de venir al mundo, no lo envía al Palacio de Jerusalem.
_Y le hubiera preparado lo mejor, no ves que es mi hijo.
¿vosotros que haríais si tuvieseis que enviar a vuestro hijo o hija a estudiar o vivir en otra ciudad? ¿no os preocuparíais por darle lo mejor? Pues el Padre Celestial le preparó las mejores condiciones para venir a este mundo: les cerraron todas las puertas de las posadas de Jerusalem y lo único que encontró fue un pesebre, pajas y el aliento de los animales y toda la vida de Jesús va a estar continuamente enriquecida y adornada por la virtud de la Humildad. Porque él siempre va a hacerse humilde y pequeño. Fue la gran enseñanza que les dio a los Apóstoles cuando se puso un delantal y una toalla y les lavó los pies a ellos y les dijo: “haced vosotros lo mismo, si yo soy el Maestro y el Señor y os lavo los pies, significa que también vosotros tenéis que hacer lo mismo: abajaos. Humillaos” La Carta a los Filipenses dice: “Cristo, no haciendo alarde de su categoría de Dios se anonadó, condescendió, pasó por uno de tantos, como un hombre cualquiera”. Hay si nosotros fuéramos “el Hijo de Dios”:
_Usted no sabe quién soy yo?
Porque nosotros intentamos darle consistencia a nuestra vida personal basados en lo que hacemos. Muchas veces la gente se presenta: _Mucho gusto, soy Daniel Matínez, presidente del banco tal de Murcia.... Marqués  señor y dueño de mi casa. De alguna manera tengo que hacer resonar que soy alguien importante porque me tengo que reafirmar en lo que hago par darle consistencia a lo que soy, cosa que es un error muy grave; porque somos lo que somos y nuestra dignidad hunde sus raíces en la filiación divina. Somos Hijos de Dios y por eso no hay alguien que pueda decir que es mejor que otros porque todos hemos recibido esa misma dignidad y a pesar de que hayan trabajamos más humildes, esas personas también son hijos de Dios. No hay diferencia.
Entonces el Señor para ayudarnos a comprender esta actitud, nos habla de una cena y en ella Él se da cuenta que todos los que están allí buscan los primeros puestos, intentan hacerse los más importantes, es un poco la afirmación de la que estamos hablando. Entonces Él les pone en ejemplo de la persona que siendo invitada a un banquete, se sienta en los primeros puestos queriendo parecer importante y resulta que lo hacen levantar para ir al ultimo porque hay alguien más importante que él, quedando humillado públicamente  Es lo que el Señor les dice a los altivos, lo que hace normalmente es que los abaja y los sitúa en su verdadero lugar, mientras que a los pequeños y humildes los lleva a los primeros puestos y sería distinta la experiencia en comparación a quien es enviado al ultimo lugar.
Muy importante y por eso tenemos que acercarnos con un corazón contrito y humillado a la presencia de Dios y aprender de eso que el Señor trabaja en nosotros para que eso sea la base de la relación con los otros y no el orgullo y la soberbia. La humildad, el trabajo noble y amoroso que Dios realiza en nuestros corazones.
Les digo algo: no se resistan a la acción del Espíritu Santo, en cuanto mas resistencia mayor es la prueba. Hay personas que no lo comprenden y endurecen su corazón
_¡que no!
Se cierran ahí y en cuanto mas cerrados estamos, mayor es el trabajo de Dios, mas nos quita seguridades porque el quiere que llegues a un punto en que le digas al Señor: _Vale, Señor, me has vencido, has sido mas fuerte que yo; está bien, vamos a hacer las cosas a tu manera.
Aveces tardamos mas o menos en entender esta pedagogía con la que Dios quiere establecer en nosotros el crecimiento de una semilla que ha sido sembrada en nosotros, que es la del evangelio y que quiere producir en notros frutos abundantes. ¿cuantas personas aquí han trabajado en el campo? _casi todos. ¿saben como se llama la ultima capa de la tierra que es donde está el material orgánico, en donde normalmente comprendemos que es la capa adecuada para que la semilla pueda podrirse y pueda germinar, alimentarse y producir vida? Se llama Humus y de ahí viene la palabra humildad. ¿que hay en ese estrato de suelo? Todo lo orgánico que se está pudriendo. Curiosamente uno podría decir que en medio de esa podredumbre germina la vida. ¿recuerdan lo que dijo el Señor acerca del grano del trigo que cae en tierra y muere? Si el grano de trigo cae en tierra y muere, germina, florece, produce fruto. Esto se refiere a la humildad.
“el que se enaltece será humillado, pero el que se humille será enaltecido” se produce un efecto maravilloso, la presencia de la cruz en la vida. Así que no debemos experimentar temor ante este trabajo, ante su yugo suave y su carga ligera  No estamos aquí como los israelitas del antiguo testamento (dice la carta a los hebreos) que para acercarse al Dios vivo tenían que acercarse a la montaña santa, al monte Sinaí, al fuego llameante, a los nubarrones  al Dios escondido y tremendo hasta el punto que dijeron _no nos hables mas porque nos asustas, nos das miedo. La carta a los hebreos compara esta situación con el hecho actual de la nueva alianza, pues ahora nos acercamos a un Mediador, Nuestro Señor Jesucristo, mediador de la Nueva Alianza y que se acerca a nosotros no para juzgarnos, sino para ofrecernos su amor, su vida, para que nuestra propia vida pueda florecer. Para que seamos unidos a los justos que participan de su jerusalem celestial (según el texto que hemos escuchado) Para entrar a ese monte ¿cómo hay que entrar? _con la cabeza agachada.
Los monjes orientales, en las Iglesias de la cortina de Hierro hacia el éste. Estos monjes normalmente construían sus habitaciones con las puertas bajas, de unos 80 centímetros de altura y obligaban siempre a entrar agachados. Para ellos es un signo de lo que hoy la liturgia de la Iglesia nos pide ¿quien nos ha precedido en esto? Jesús  Por tanto para quien le resulta pesado el trabajo de la humildad ya sabe quien lo entiende, le da consuelo y lo fortalece. El Señor. Porque para nosotros es un tarea humanamente hablando, imposible. Necesitamos que la Gracia de Dios venga en nuestro auxilio y podamos llevar a cabo esa tarea  Hay que abrirse a la acción de la gracia. Un alma humilde se sabe necesitada de Dios y como tal ora y no se empieza a plantear medios para hacerse humilde., primero se reconoce criatura. Eso es una actitud básica de humildad como ponerse de rodillas ante el misterio de Dios, con ese gesto se reconocer criatura y reconoce que necesita del Señor. Por eso la oración es una escuela de humildad para nosotros. ¿Cuanto oramos? ¿cuantas veces hacemos las cosas por nosotros mismos?
_¡voy a hacer esto y aquello!
Primero, ¿por qué no te pones en manos de Dios?
_Señor. Te pido por este proyecto que quiero realizar....

Quizas, si contamos con el Señor, podemos contar con mejores herramientas y podremos llevar a mejor fruto las acciones que queremos realizar.
 Nunca pensemos que cansaríamos al Señor pidiéndole todo porque a Él le encanta ser Dios.
¿que más cosas nos ayudan en la humildad? _ Aprender a escuchar
No escuchamos, la comunicación entre las personas carece de capacidad de escucha y de silencio interior para recibir lo que otro nos quiere transmitir porque vamos siempre a la defensiva. Hay que saber escuchar para aprender a ser humildes.
¿que otros remedio son buenos para la humildad?
_Hacer actos en cada una de esas circunstancia concretas en las que experimentamos una provocación en el orgullo. hay que saber decir una jaculatoria en algún momento: _Señor: haz mi corazón semejante al Tuyo.
Esta semana que pasó celebramos la memoria de Santa Mónica de la que su hijo no cuenta que su marido era un patán  mujeriego, pagano y resulta que por su caracter tosco  casi siempre estaba tratando sin caridad a Mónica. Todas las amigas veían cómo le hablaba a Mónica y le reprochaban el que ella no le respondiera y ella les decía que para pelear se necesitan dos. Esa frase es de ella.
Hasta que punto, nosotros nos dejamos provocar por el orgullo. es que es casi inevitablemente  nuestro orgullo sale ¿que tenemos que hacer?: recogerlo.  A lo mejor tengas que decir constantemente la jaculatoria: Señor, haz mi corazón semejante al tuyo y así bajarnos utilizando el amor como nuestra mejor herramienta. Nuestra mejor arma. Dice la Iglesia: no es la violencia la que consigue los mejores resultados sino el amor y para amar hay que abajarse.
¡cuántas conversiones han causado tantos cristianos que en lugar de conocer las provocaciones  lo que hacen es amar!
¿conocen la Historia de María Goretti? Fue una niña que decidió defender su virginidad y su abusador decidió apuñalarla ante la defensa que ella puso de por medio. En medio de su lecho de muerte, en medio de su agonía le pide con el razón a su Madre que perdone al agresor  Su madre, en el momento de la declaración del proceso de beatificación por las virtudes heroicas  en publico desdió perdonar al agresor de su hija. Éste se encontraba en ese momento en la cárcel pagando la pena por su acto y cuando escuchó el perdón de la madre de la niña, su corazón se rompió, diluyéndose esa dureza del corazón al escuchar ese acto de humildad.
¿a que nos llevaría el orgullo? _a la venganza. Lo que ella hizo fue perdonar y escuchó la suplica de su hija que desde el cielo, quizás imploró la gracia del perdón y esa acción humilde hizo que ése hombre, que prácticamente tenia perdida su alma, un asesino, preso en una cárcel y con todo el Señor le permite abrir el corazón, aceptó el evangelio traído por los franciscanos que visitaban las cárceles en aquel momento, se convirtió y ha muerto en olor de santidad; llevando una vida cristiana comprometida, haciendo el bien a su prójimo y todo gracias a un acto de humildad heroico  ¿quien ha realizado este acto profundo de amor y humildad primero? _Cristo y junto con Él, la Santísima Virgen. ¿Alguien no se pregunta por qué María no se cargó a tres o cuatro romanos durante el viacrucis  ¿por qué María no tomó ninguna represalia o venganza frene a la injusticia cometida a su hijo? ... porque, vale, uno puede decir: _que me lo hagan a mi pero que no se metan con una persona que es amada o importante en nuestras vidas. Si esto ocurriera  nos saldría lo peor de nosotros mismos y son embargo, la Virgen María aceta todo y se une a la misión de su Hijo por nosotros. “El poderoso ha hecho obras grandes en mí porque ha mirado la humillación de su esclava” se hizo humilde, pequeña, arcilla en las manos de Dios.
Vamos a pedirle esta gracia extraordinaria a Dios. Porque hoy en día al dirigir nuestra morada hacia la humildad nos toca reconocer que Jesucristo es el único maestro autorizado para concederla. Así que no podemos decir entre nosotros: mira, haced todo lo que hace fulanito o sutanito. Ninguno de nosotros somos maestros de la humildad porque todos aquí somos orgullosos. Como se dice vulgarmente: todos cortados por la misma tijera. Aceptar esto sería algo bueno en este domingo. Aceptar que muchas veces quiero tener la razón me impongo y soy auto-suficiente  eso sería una gran medicina para empezar a aceptar con gozo el trabajo de las humillaciones. Lo vamos a intentar pidiendo la gracia para que en nosotros crezca y germine la vida del amor a ejemplo de Jesucristo que recorrió este camino acompañado de la Virgen que también anima.

Todo lo que siembra la humildad a nuestro al rededor es extraordinario  los frutos que produce la humildad son de vida eterna, la humildad lleva al perdón y a la reconciliación, a la unidad y a la comunión. Frutos de vida eterna.

¿tenemos trabajo en casa? Desde ahí hagámoslo extensivo al mundo en que estamos viviendo y como ese mundo es muy superficial, lo normal es que nos encontremos con muchas situaciones propias para crecer en humildad.


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